Huelga de controladores
Ana Abril Ámez
La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) convocará mañana a su Asamblea Nacional para debatir y votar la convocatoria de una huelga, como contestación al real decreto sobre jornadas y descansos de los miembros del colectivo impuesto por el gobierno.
El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó por decreto la normativa que dicta las leyes de seguridad aeronáutica ligada a los tiempos de actividad y requisitos de descanso de los controladores aéreos.
El fundo de la normativa se basa en un descanso de 30 minutos cada dos horas de actividad operativa, 12 horas entre turnos, entre 48 y 60 horas semanales y al menos 184 horas al mes, diversificadas en un mínimo de tres periodos.
El límite de actividad semanal se establece en 50 horas y se impone la imposibilidad de continuar después de seis periodos consecutivos. La justificación de la huelga vino de la mano de Camilo Cela, presidente de USCA, que ve a la convocatoria como una oportunidad única para “salvar la dignidad” de los controladores.
En resumidas cuentas, España está revuelta; los españoles tendrán que trabajar más por menos dinero, decir “hasta luego” o “hasta nunca” (por lo menos hasta finalizar la legislatura y en el caso que no se dé la reelección) a algunos beneficios sociales, recibir con buena gana la subida del IVA, el tijeretazo de Blanco, la aprobación de una desconcertante reforma laboral, el desplome presupuestario de Vivienda, la ilegalización de las corridas de toros en Cataluña y el arrastre de más de cuatro millones de parados.
En suma, España va bien y olé.