Fernando Ballesteros. 11 de marzo.
Menos mal que no escribí ayer. No les negaré que en las horas previas veía posible el milagro. La realidad, tan tozuda siempre, me recordó por la noche que no, que este Liverpool era mucho toro para el Madrid de Juande. Quince días pensando en la remontada y quince segundos para comprobar que no había nada que rascar. A los cinco minutos, Casillas había parado más que Reina en toda la eliminatoria. Una hora y media después el portero se marchaba llorando, impotente, después de haber sido lo mejor, lo único bueno de su equipo.
Los del ultradefensivo Benítez jugaron ayer a otra cosa. Y si jugaban a lo mismo, lo hacían de una forma tan diferente, que no lo parecía. A estas alturas, creo que no queda un solo español que no haya hecho escarnio con la célebre palabrita pronunciada hace unas semanas por Boluda. Burlas e ingeniosos malabarismos de palabras, están a la orden del día. No participaré en ese concurso. Boluda es una anécdota triste en la reciente historia madridista. Lo malo es que, últimamente, ha habido demasiadas de este tipo.
Con el cagómetro blaugrana aparcado por falta de uso, la temporada, probablemente, concluirá en blanco y se abrirá una nueva etapa. Al fondo veo como se acerca Florentino para cambiarlo todo. Que sea para bien.
Para alegrar la noche de ayer, pasó el Villarreal y hoy lo hará el Barcelona, estoy convencido. Respecto al Atlético, lo de ayer rebajó mi grado de optimismo. El buen partido en el Bernabéu había desatado una corriente postiiva que lindaba con la euforia. No despeguemos los pies del suelo que ya han visto como son las caídas. El Oporto es un rival muy complicado que pudo golear en la ida, el resultado de partida es malo y Europa pone a cada no en su sitio de una forma, a veces, muy cruel.
Ya que se trata de colocar a cada en su sitio, no me resisto a recordar que los que practican el "tiro a Boluda y su chorreo" como deporte nacional, son los mismos que han estado motivando al Liverpool en la previa con comentarios que han rozado el insulto, que hace dos años tildaban de banda al Bayern de Munich o que en la previa de un España-Francia de infausto recuerdo, retiraban de forma precipitada a Zidane. En fútbol, como en todo en esta vida, cada palabra de más, la terminas pagando. Lástima que no aprendamos.
Y sobre lo de ayer en Liverpool, dejo para el final un recuerdo a los ultras que se fueron para allá de excursión. Comenzaron su estancia por tierras inglesas rindiendo homenaje a los Beatles: lo hicieron entonando alegres canciones pop de antaño, en el mítico Pub Cavern en el que los chicos de Lennon y Mcartney dieron sus primeros pasos y la terminaron haciéndose oir en Anfield. Una lástima que fuera para acordarse de Doña Flori, la señora madre del mejor "9" del mundo. Entre medias tuvieron tiempo para agredir a un períodista. Ejemplar.