Tamara Laborda. 24 de Octubre.
El alcalde de Navalcarnero, Baltasar Santos, inaugurará mañana el humilladero construido en honor a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Se ha construido en un lugar muy cercano al antiguo colegio, aprovechando el hueco de un antiguo centro de transformación eléctrico, el cual ha quedado inhabilitado.
La Compañía de Jesús jugó un papel muy importante en la historia de Navalcarnero durante dos siglos. Sobre 1563, el párroco y doctor Juan Bautista propuso sus hijos de Alcalá de Henares que fundasen un colegio en Navalcarnero. Fue el padre Martín Hernández quién llevó a cabo la propuesta, desplazándose hasta el pueblo y realizando un informe muy positivo. Era un municipio de unas 3.000 personas, en dónde no había ni una sola orden religiosa establecida, y tan solo contaba con una iglesia parroquial. Además, las rentas parroquiales serían suficientes para mantener el colegio. Cuando los jesuitas mostraron su interés, el proyecto se legalizó. Así fue como en 1563 el Papa Pío IV aprobó la construcción en forma de bula.
Una verja de hierro a la entrada deja entrever el humilladero de granito y ladrillo, que cuenta con una pequeña cúpula de hierro. En su interior, escenas de la vida de Loyola, una obra del escultor Melchor Gutiérrez y una placa que, en el vestíbulo, explica la entrada de esta orden en Navalcarnero.
Así hace honor este edificio al colegio del que apenas quedan vestigios. Parece imposible que este centro docente, caracterizado en su tiempo por la modernidad con la que prestigiosos miembros impartieron clases de doctrina cristiana y gramática, y de ejercer la cura espiritual de sus vecinos, haya sido borrado por el tiempo. Sin duda, la expulsión de los jesuitas en 1767 tuvo mucho que ver en su precaria conservación.