INTELIGENCIA ARTIFICIAL ¿APOCALÍPTICOS O INTEGRADOS?
Fidel Garcia Martínez. En pleno siglo XX con la irrupción de las tecnologías de Información y Comunicación el semiólogo italiano Umberto Eco, publicó un ensayo en el que analizaba las respuestas de la sociedad: unos eran los apocalípticos que veían un desastre de estas tecnologías especialmente en la enseñanza y en los medios de comunicación social, especialmente el periodismo como se conocía en España desde los tiempos de Larra. Los integrados aceptaban de muy buen grado las TIC, porque suponían democratización y una enseñanza más activa y participativa.
En pleno siglo XXI con la mal llamada IA, se están produciendo semejantes reacciones: los apocalípticos llegan afirmar que la IA es la destrucción de la esencia del hombre en su libertad y pensamiento, el triunfo de la que se llama el post-humanismo y la robotización integral de la sociedad. En esta dicotomía ha entrado nada menos que el Papa Francisco que ha publicado un documento, nada menos que papal, en el que analiza los pros y contras de inteligencias artificiales.
Para Francisco, siempre atento en los nuevas tendencias de la posmodernidad líquida y sin valores objetivos y con frecuencia -claramente hostiles al Evangelio, los nuevos avances en la información y la comunicación con base en las IA y por medio de ella, se cuestionan algunos fundamentos de la convivencia civil y además de plantear interrogantes graves como: ¿qué es el hombre? ¿ cuál es su especificidad y cuál será el futuro de nuestra especie humana, el homo sapiens, en la era de las inteligencias artificiales?
Sostiene Francisco que en este campo intrigante de la IA, es necesario rechazar, la postura catastrófica de los postmodernos apocalípticos; por eso es conveniente no ponerse rígidos ante lo nuevo, intentando conservar un Cosmos Creado de infinito belleza que está a punto de desaparecer. El mundo de la la IA es un mundo de peligros y oportunidades. Para Francisco es necesario recuperar la sabiduría del corazón, en el sentido bíblico de la expresión, como sede de la libertad y de las decisiones más importantes de la vida, y el lugar de nuestro encuentro con DIOS.
Concluye el Papa afirmando con suave pero pertinente ironía: corresponde al ser humano (hombre-mujer) decidir si se convierte en alimento del algoritmo,. o en cambio, si alimenta su corazón con libertad, sin el cual no creceríamos en sabiduría bíblica, la cual hace amigos de Dios y ayudaría también a orientar los sistemas de IA a una comunicación plenamente humana.