Interstellar, la nueva odisea del espacio
José María Caparrós. Estos días está barriendo las taquillas el último film de Christopher Nolan, Interstellar, segura candidata a los Oscar de Hollywood. Con esta nueva película, este cineasta innovador (Londres, 1970) -autor de “cult movies” como Memento (1998), Insomnio (2002) y Origen (2010), junto a cintas comerciales de la serie Batman- ha demostrado que sabe hacer cine de veras.
Su fantasía humanista, escrita con la colaboración de su hermano Jonathan Nolan y supervisado por el científico Kip Thorne, puede ser un hito en el género de ciencia-ficción como lo fue 2001: Una odisea del espacio (1968), del maestro Stanley Kubrick. Más próximo a la visión del novelista Ray Bradbury -pese a un ordenador inteligente como HAL 9000- o de filmes como Elegidos para la gloria (1983), Contact (1997) y Gravity (2013), Christopher Nolan ha realizado un film-espectáculo de gran belleza visual.
Es más, su viaje espacial entronca con las teorías de Einstein y el hoy célebre “agujero negro”, así como con el peligro de las catástrofes naturales del planeta que pudieran obligar a la búsqueda de otros mundos habitables para subsistir en la Tierra. Los valores familiares y humanos también están presentes en Interstellar. Todo ello muy bien interpretado por stars estadounidenses como Matthew McConaughey, Anne Hathaway y Matt Damon, junto a la ascendente Jessica Chastain y el veterano Michael Caine, actor fetiche del director.
Gran espectáculo, ecología y reflexión sobre el futuro de Ciencia y de la Humanidad se unen en esta excelente película, que cuenta con una banda sonora enriquecida con la partitura musical del especialista Hans Zimmer.