Redacción Madrid. 2 de mayo. Abril se despidió de Bagdad con la cifra 355 iraquíes muertos, convirtiéndose así en el mes más sangriento en lo que va de año. La abultada cifra de fallecidos es el resultados de la serie de atentados registrados en los últimos días, y no incluye los al menos 80 peregrinos iraníes muertos en el país.
El pasado mes fue también el peor en mucho tiempo para las tropas estadounidenses que sufrieron 18 bajas, una cifra que no se alcanzaba desde septiembre.
El número de fallecidos se aproxima a los niveles de los años 2006 y 2007, cuando los enfrentamientos con la insurgencia y las luchas sectarias estaban en su punto álgido.
De los 355 iraquíes muertos, 290 eran civiles y los otros 65 eran soldados o policías, uno de los objetivos más comunes de los ataques y suponen un incremento de las muertes del 40% respecto a marzo.
Detrás de estas cifras están los numerosos ataques perpetrados con potentes bombas, incluídas cuatro explosiones en sólo dos días, que provocaron al menos 150 muertos.
Tanto en 2006 como en 2007, la media mensual de civiles fallecidos era de 2.000. Por esas fechas, el número de soldados estadounidenses muertos al mes ascendía a 100.
En cualquier caso, esta tendencia en el aumento de ataques desde enero está convirtiéndose en motivo de preocupación internacional, sobre todo porque las tropas estadounidenses ya están empezando a salir del país.
Tanto los líderes iraquíes como los oficiales del ejército de Estados Unidos reconocen que las bombas utilizadas ahora son más mortales que antes.