El 17 de noviembre de 1558 se produjo el relevo en el trono de Inglaterra, por eso hoy la protagonista del día es Isabel I (1533-1603), que reinó desde ese día hasta su muerte. Isabel era hija de Enrique VIII y Ana Bolena, pero tras la ejecución de su madre cuando ella tenía tres años fue declarada hija ilegítima. Y sucedió que tras las muertes de su hermanastros Eduardo VI y María I, Isabel ocupó el trono, decidida a robustecer la iglesia anglicana separada de Roma, de la que ella se proclamó su cabeza.
Por esta razón se desató una sangrienta persecución contra los católicos, en la que colaboraron toda una serie de instituciones, corrompidas por los favores que les entregaba la corona. A cambio, dichas instituciones colaboraron estrechamente con la reina para erradicar el catolicismo, por lo que se atacó con especial saña el santo Sacrificio de la Misa. Y como en este tipo de situaciones, siempre hay intelectuales dispuestos a correr en ayuda del vencedor, no pocos profesores universitarios se situaron a la sombra de la corona. Así las cosas cuando la reina visitó la Universidad de Cambridge en 1564, para complacer a la reina el claustro la obsequió con una representación burlesca de la Misa, en la cual uno de los profesores, disfrazado de perro, daba saltos por el escenario con una Hostia en la boca. Y tras las burlas, meses después, corrió la sangre de los católicos ingleses. Por eso es comprensible la preocupación de muchos españoles al ver las representaciones burlescas que se han hecho en España tras la última visita del Papa a nuestra patria, porque la burla, que ya es martirio, anuncia el derramamiento de sangre.