Jack Reacher
Victor Alvarado
One Shot es el noveno libro de una serie escrita por Lee Child, que consta de 17 novelas sobre el detective Jack Reacher, que tendrá que resolver un caso aparentemente sencillo. Sin embargo, la cosa se irá complicando a medida que avance la investigación.
Está dirigida por Christopher McQuarrie, ganador de un Óscar al Mejor Guión Original en 1996 por Sospechosos habituales, al que el citado actor (productor) le ha dado plenos poderes. La verdad es que, para tratarse de un cineasta sin mucha experiencia, el largometraje no pierde interés en ningún momento, guardando el equilibrio necesario entre la acción y el suspense. Las escenas más movidas transmiten verosimilitud; entran dentro de lo razonable y se pueden contar con los dedos de la mano. La trama de intriga está muy bien construida y no deja cabos sueltos que puedan confundir al espectador.
Para tratarse de una cinta de género se agradece que conozcamos en pequeñas pinceladas detalles tanto de los personajes principales como de los secundarios (llama la atención la descripción de las motivaciones de las victimas, pues reflejan aspectos positivos y negativos de la condición humana. Aparece una escena en la que vemos como una madre se vuelca en su hijo para que obtenga buenos resultados académicos que le permitan promocionarse). El personaje de la actriz, Rosamund Pike, intenta recuperar el cariño de su padre y representa la esencia de tres mujeres que aparecen en la historia, según confesó a la prensa, mientras que Robert Duvall le pone la pizca de humor necesaria para una seria trama.
Finalmente, Tom Cruise, la rutilante estrella, ha sido muy criticado por el cambio de imagen que le ha dado al personaje para poder hacerse con el papel, ya que el protagonista de los libros medía dos metros y era rubio con lo que el parecido brilla por su ausencia. La ética del personaje queda patente con una de las frases de la película mencionada por un personaje que lo considera el mejor de los amigos y que dice lo siguiente: “Me lo prometió. Me dijo que me ayudaría, si me metía otra vez en problemas, y lo hizo. No le importa la ley. No le importan las pruebas. Sólo le importa lo que está bien”.