Javier Cremades publica "China y sus libertades - Un dilema para el siglo XXI"
"La larga marcha de China hacia los derechos humanos no será fácil ni rápida", aseguró hoy el abogado especialista en derecho internacional Javier Cremades, que acaba de publicar 'China y sus libertades - Un dilema para el siglo XXI' (Espasa), un intento de "explicar por qué China tolera un duro régimen de libertades frente a un régimen económico tan abierto".
Pena de muerte, tortura policial, trabajo infantil, infanticidio, rapto de mujeres en el interior y arresto de periodistas son algunas acusaciones de una larga lista de violaciones de derechos humanos, en boga actualmente debido a la notoriedad que China ganó por ser la anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2008. "Este concepto occidental de que el desarrollo económico va a llevar inmediatamente a una apertura a las libertades no es correcto en este caso porque en China no hay una fuerte demanda popular por grandes libertades. El chino ha crecido en un concepto de lo colectivo, en el que la libertad individual no es el centro de la vida", afirmó Cremades.
Cremades tiene antiguas relaciones personales y profesionales con el país que desbancó a EE UU como productor de noticias en 2007. Es representante en España de varias compañías chinas y ha ayudado a distintas multinacionales españolas a instalarse en esta nación. "China sorprende mucho. Es un sistema comunista muy agresivo, con algunos espacios de libertad individual, pero al mismo tiempo de una enorme tolerancia, produciendo casi un capitalismo salvaje. Da una libertad absoluta para enriquecerse casi sin límites, coexistiendo con imposiciones muy férreas, como la limitación al número de hijos que una persona puede tener", comparó el abogado.
LA CHINA EN ESPAÑA
El autor reveló también algunas características del país que interesan a España, destacando que hay "un gran déficit de conocimiento" en relación a este país. "China desde hace una década ha salido de sus fronteras y se ha hecho un interlocutor natural del mundo occidental. Mucha de la mercadería que se consume en este país está fabricada en China. Ellos se han quedado con el sector productivo de la manufactura, que aquí ya prácticamente no existe".
Más de 70.000 chinos viven actualmente en España. "El exilio es económico y no político", resaltó. "Además de lo que buscan todos los inmigrantes, como desarrollo personal, bienestar y prosperidad, los chinos tienen desde hace siglos una enorme capacidad de comerciar. Hay personas que crearon auténticas fortunas a base de importaciones", explicó, comparando los chinos a los fenicios.
CLASES DE MANDARÍN: "UN CIERTO ESNOBISMO"
Sobre la proliferación de cursos de mandarín en Europa a lo largo de los últimos años, Cremades es realista: "No hay que exagerar. Se ha puesto de moda el idioma chino pero la lengua importante para China es el inglés. Las lenguas no son sólo un instrumento de trabajo, también son un placer, creo que no es mala cosa saber chino. Sin embargo, es una 'materia optativa'. Y hay también un cierto esnobismo de la gente que quiere aprender", contó el abogado, que habla pocas palabras de mandarín.
El Gobierno chino incentiva el aprendizaje del inglés en las escuelas y su buen conocimiento puede garantizar una plaza en la universidad. No obstante, sólo cerca de un 10% de los jóvenes entre 18 y 24 años acceden a la carrera académica. "En general el sistema educacional en China es bueno. Pero, como en todos los países con un alto componente agrario, el nivel de vida universitaria es todavía muy incipiente, muy pequeño. Es uno de sus grandes retos. Son casi mil millones de personas en el interior del país. Creo que eso debe cambiar de la misma forma que, en general, todo sucede en China: de modo armónico, productivo y pausado".
Dichos cambios lentos y graduales son algunos de los argumentos utilizados por Cremades en 'China y sus libertades' para que Occidente pueda comprender mejor los procesos de apertura hacia las libertades. "Los cambios rumbo a los derechos humanos serán lentos y difíciles por el propio carácter chino, por la cultura china y por el sistema actual que tienen ellos. No hay que esperar una evolución como la que se puede producir con el fin de una dictadura de un país occidental, por ejemplo", reveló.
"UN MUNDO, UN SUEÑO"
El boicot de atletas y artistas a los Juegos Olímpicos propuesto por diversos militantes de derechos humanos es "simbólico", en opinión de Cremades. "Está bien para llamar la atención. Pero los Juegos Olímpicos deben estar por encima de la política. Creo en la política de gestos y es importante que se diga a China que tiene que mejorar su estándar de derechos fundamentales, pero liquidar una fiesta colectiva de toda la humanidad es injusto", afirmó, seguro de que si los Juegos resultan buenos para la imagen de China puede ser un impulso para mejorar todo.
¿Y el lema de los Juegos Olímpicos, "Un mundo, un sueño" puede inspirar tales cambios? "Creo que el gran sueño y reto de China es incorporar a su sistema y a su cultura las libertades individuales en plenitud. Básicamente tres: La libertad de expresión, la libertad religiosa y la libertad política", concluyó Cremades.