Aunque con un día de retraso, no está de más recordar que el 24 de octubre de 1929 se produjo el crash de la bolsa de Wall Street, ese día es conocido como el jueves negro. Más de trece millones de títulos que cotizaban a la baja no encontraron compradores, lo que provocó la ruina de muchos inversores. Hubo algunos que hasta se suicidaron. Y es que “el comamos y bebamos que mañana moriremos”, no fue sepultado bajo los cascotes al derrumbarse el Imperio Romano. El paganismo sigue vigente entre nosotros, de manera que con esos planteamientos la vida sin Dios, y sin más objetivos que el disfrute de los bienes materiales deja de tener sentido y la mirada no alcanza nada más que de tejas para abajo. Lamentablemente no sin pocos los católicos en España que se comportan como paganos en la vida pública, y sobre todo en la política, porque sólo les importa la economía y están encantados de que sus representantes en los parlamentos y en los medios de comunicación pertenezcan a la derecha pagana, a la que sólo le interesan los cuestiones económicas.