Redacción. En el Jueves Santo celebramos la Última Cena, el Lavatorio de los pies, la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio y la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación. Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre.
En el pasaje del Evangelio del lavatorio de los pies, Jesús nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y para demostrarle nuestra fe en Él.
La lectura del Evangelio según San Marcos14, 32-42.: La noche en el huerto de los Olivos, nos puede hacer reflexionar en lo que sentía Jesús en estos momentos: su miedo, la angustia ante la muerte, la tristeza por ser traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir la voluntad de Dios, su obediencia a Dios Padre y su confianza en Él. Las virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad.
En México, los obispos han establecido que el Jueves Santo sea el día de la caridad. El objetivo de esto no es llevar a cabo una colecta para los pobres, sino más bien el impulso de seguir el ejemplo de Jesús que compartió todo su ser.
Sugerencias para vivir esta fiesta: Dedicar un tiempo a la adoración a la Eucaristía