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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

La Babel económica de ZP

Miguel Massanet Bosch

 
No creo que nadie me pudiera desmentir si calificara, el espectáculo que está dando el señor Rodríguez Zapatero y todo el Ejecutivo que preside, como una tragicomedia, en la que se mezclan las actuaciones casi cómicas de algunos de sus miembros y los roles de pobres esclavos, sometidos al yugo de un jefe, irascible  e intransigente, que no soporta el más leve indicio de rebelión entre sus subordinados. Si algún significado le podemos atribuir a la frase “marear la perdiz” es, sin duda, si la aplicamos a las últimas actuaciones que los ciudadanos de a pie contemplamos, entre pasmados, maravillados, desconcertados y, a la vez, indignados, por sus consecuencias y por la exhibición  de comportamiento, denigrante y contradictorio, por parte de nuestros gobernantes en sus actuaciones políticas y, especialmente, de índole económica. Sentimos vergüenza ajena por lo que deben estar pensando en las chancillerías del resto del mundo –que tan de cerca están vigilando el comportamiento de España, y de quien la dirige, nuestro presidente, señor Zapatero – cuando comprueban como, temeraria o con imprudencia; de buena fe o con intenciones aviesas, nuestro Ejecutivo va dando bandazos como si, cada uno de sus miembros, tuviera asignada un cometido distinto al de los otros, de forma y manera que, todos tiran de la soga en distintas direcciones.
 
Examinemos, por ejemplo, lo que está sucediendo en el ministerio de Fomento y las vicisitudes que, la decisión tomada por el señor Blanco, de suprimir obra públicas, aplazando la ejecución de algunos contratos y cancelando muchos otros; lo que, para algunos, pudiera haberles parecido inapropiado por su repercusión en el desempleo  casi (105.000 personas irían al paro) pero que, para otros muchos, entre los que nos contamos, les pareció una decisión valiente y de gran efecto, encaminada a conseguir limitar el incesante aumento de la Deuda pública, que lleva trazas de convertirse, en poco tiempo, en otra de los principales lastres de nuestra economía; juntamente con el paro desmesurado que estamos acumulando. Como se puede comprender, esta medida ha levantado ampollas en el sector de la obra pública y los empresarios afectados, todos ellos directivos de grandes sociedades constructoras privadas, enriquecidas por las concesiones de obra pública o los propios gobiernos autonómicos, que sacan tajada de la adjudicación de obras faraónicas a determinadas concesionarias que, en ocasiones, resultan las responsables del pago de ciertas comisiones que han enriquecido a algún conspicuo miembro de determinados partidos o han contribuido, eficazmente, a su propia financiación. Alguien acusó a CIU de percibir comisiones del 3%, ahora ya parecer ser que fueron del 4%, pero malas lenguas dicen que esto sólo eran futesas y que, en realidad, superaban con creces al 5%. Tanto da, una malversación de caudales públicos que, los gobiernos autonómicos, han intentando ocultar porque, como en el caso de la parábola de la mujer adúltera “no hay nadie que se atreva a tirar la primera piedra.
 
No obstante, vean ustedes lo que ha tramado el PSOE, cuando se ha dado cuenta de que, aplicando las medidas de austeridad que se nos impusieron desde Bruselas, –a consecuencia de la mala situación financiera en la que nos encontrábamos ( a punto del crack por impago)lo que impulsó a la UE, para salvar el euro, a acudir en nuestro auxilio – para que el BCE nos echara una mano, comprando nuestra deuda basura y prestándonos dinero barato a fin de que no tuviéramos que acudir a los mercados libres, que nos han venido exigiendo sobreprimas que, hoy por hoy, ( el diferencial con el bono alemán está situado en un 163% cuando, sólo hace unos días se había situado al 140%) no estaríamos en condiciones de asumir.
 
Para intentar dar la sensación de que la medida no sería tan extrema como anunció el señor Blanco, y viendo la posibilidad de que comunidades, como la catalana, se rebelaran contra tal recorte ( ya sabemos que la Moncloa se mueve según los del Tripartit le dictan); en la declaraciones que hizo ZP a la salida de su entrevista con el Rey, le restó importancia a lo dicho por el ministro de Fomento, anunciando que, en unos días (10), se tendrían “buenas noticias al respecto”. Un nuevo giro propio de las improvisaciones de ZP que, como siempre, antepone el interés electoral la conveniencia de España. Una muestra más del oportunismo y de la falta de un plan meditado sobre como sacar a España de la crisis. ZP, como en el caso de la anunciada negociación secreta con ETA, mueve las piezas según le dicta su estrategia política, sin preocuparse de a quien deja colgado de la brocha, en este caso al señor Blanco, siempre que vea en peligro el mantenerse en la poltrona presidencial.
 
Pero, señores, este culebrón no ha terminado todavía porque, como tercero en discordia y con el objeto de matizar “las alegrías” de su jefe de filas, irrumpe en escena la patética figura de la vicepresidenta segunda, la señora Elena Salgado, quién, completamente desarbolada por las ocurrencias de su jefe,  el señor ZP –entre ellas decir que todo “va muy bien en España” y que, el segundo trimestre, ha sido mejor que los anteriores (se olvida el picarón de que, si mejoraron las ventas de coches y de viviendas, fue ante la amenaza del aumento de dos puntos en el IVA, lo que propició una avalancha de compradores para evitar tener que pagar el recargo previsto); pero que esperaba que los próximos trimestres “no serán tan buenos” –; no ha tenido más remedio que comparecer ante la prensa, aunque no con la premura necesaria como para compensar los efectos dañinos de las imprudencias de ZP. El diferencial con el bono alemán se ha situado en el 163%, ¡siempre tan oportuno e inteligente, nuestro Presidente! 
 
Como empezábamos a comentar, la señora Salgado, posiblemente para atemperar el optimismo de quienes esperan que las concesiones de obra pública se restablezcan en 10 días, como anunció ZP en sus declaraciones; se ha apresurado a matizar que “el coste de las infraestructuras que el ministerio de
 
Fomento retomará en el 2011, no será especialmente significativo en términos absolutos”. No tuvo en cuenta, cuando habló de la “estabilidad de los mercados”, que las palabras de ZP ya habían conseguido que los mercados volvieran a sus prevenciones con respecto a la deuda española, pública y privada. Intentó la ministra de Economía tranquilizar a nuestros mecenas, argumentando que los objetivos de contención del gasto público no se abandonarían y que el Gobierno seguiría la hoja de ruta que se le marcó. Difícil lo vemos, señora Salgado, si el señor ZP quiere compaginar sus intereses de partido y personales, con los interesase de la nación y el cumplimiento de los planes de austeridad que, al parecer, se van a convertir en un asalto a mano armada a los bolsillos de los ciudadanos, machacándonos a base de aumentos de las tarifas de los impuestos, en lugar de reducir los gastos, absolutamente escandalosos del gobierno y de las autonomías; una sangría que está resultando imposible de soportar. A no ser que la ciudadanía no tome medidas radicales para pararles los pies a los responsable de esta espiral del despilfarro, corrupciones, malversaciones de los caudales públicos e incompetencia de quines nos gobiernan, incapaces de tomar una decisión sensata como no se refiera a intentar mantenerse a todo costa en sus puestos todo el tiempo que los ciudadanos, esta masa amorfa que se deja dominar por los politicastros, se lo permita; mal vemos el destino de España. Desgraciadamente no tenemos pasta de demócratas y los residuos, ya lejanos, de las causas que motivaron nuestra Guerra Civil, siguen lastrando el entendimiento y la claridad de pensamiento de muchos de nuestros compatriotas, si es que se los puede designar así. Y así vamos, de traspiés en traspiés.