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Diario YA


 

crisis en Honduras

La comunidad internacional contraria al "golpe de estado"

Fernando Ferrin Calamita. Manuel Zelaya se encuentra en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. Ayudado por Chavez y por alguien más. Quizá, por Oliver Stone, el director de cine que ahora se ha vuelto la sombra del gorila rojo. Lo digo porque, según dicen, el regreso a su país de Zelaya ha sido "de película". La comunidad internacional, EEUU incluídos, es contraria al "golpe de Estado" y partidaria de la restauración del orden "democrático". .

Yo me pregunto: ¿qué hubiera pasado si George Bush, Presidente de EE.UU. hasta el pasado día 20 de enero, hubiera tratado de convocar una consulta popular para modificar las enmiendas 20 y  22 de la Constitución, la primera de las cuales establece que los poderes del Presidente terminan al mediodía del 20 de enero, en cuyo momento principian los de su sucesor; la segunda, que " No se elegirá a la misma persona para el cargo de Presidente más de dos veces, ni más de una vez a la persona que haya desempeñado dicho cargo o que haya actuado como Presidente durante más de dos años de un período para el que se haya elegido como Presidente a otra persona. El presente artículo no se aplicará a la persona que ocupaba el puesto de Presidente cuando el mismo se propuso por el Congreso, ni impedirá que la persona que desempeñe dicho cargo o que actúe como Presidente durante el período en que el repetido artículo entre en vigor, desempeñe el puesto de Presidente o actúe como tal durante el resto del referido período". Y permanecer en el poder sine die, u otros ocho años más, verbigracia hasta que deje bien acabada y atada la guerra de Irak y regrese el último marine.

Pues bien, el artículo 235 de la Consitución de Honduras establece que "El Poder ejecutivo lo ejerce en representación y para beneficio del pueblo, el Presidente de la República". El artículo 237, que "El período presidencial será de cuatro años y empezará el veintisiete de enero siguiente a la fecha en que se realizó la elección". Y el artículo 239, que " El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado.. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública."

 Limitación por tanto del mandato presidencial en Honduras a cuatro años. En EE.UU., a ocho.

Tal limitación de mandatos en España no existe. Ahí está Chaves ( no confundir con Chavez), con sus 20 años al frente de Andalucía; los 12 de Felipe González, etc. Sólo Aznar se autolimitó su mandato de forma anticipada y voluntaria.

 Hablando precisamente de J.M. Aznar: ¿se acuerdan Vdes. de los epítetos de todo tipo que recibió entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, al difundir determinados medios de comunicación y ciertos políticos que iba a suspender las elecciones generales?. Le tacharon, entre otras cosas, de golpista...

Que cada cual saque su conclusión acerca de quién es el golpista en Honduras.

 

Y es que en el fondo los políticos no reconocen su condición de servidores públicos por tiempo determinado. Algunos se creen "salvapatrias", y que son insustituíbles.

 Se les llama mandatarios. Y los mandantes son los ciudadanos.

En efecto, entre los mandantes y los mandatarios se puede decir que media un contrato de mandato. Y si vamos a la regulación que el Código Civil hace de tal contrato, el mandatario debe seguir las instrucciones del mandante, no puede traspasar los límites del mandato y es responsable por dolo y culpa de los daños y perjuicios causados.

 El daño que está causando Zelaya es incalculable, quizá una guerra civil. Esperemos y recemos para que no.

Su mandato expiró ipso iure en el momento en que intentó celebrar la consulta popular, por mor del artículo 237 de la Constitución hondureña. El Poder Judicial lo que hizo fue ordenar al Ejército su expulsión del país para evitar males mayores.

 Lo único que puede discutirse a mi juicio son las formas. Quizá debió ser encarcelado y juzgado por el Tribunal Supremo del país. Pero debió temerse un baño de sangre, lo que por desgracia puede ocurrir finalmente. Ya ha muerto la primera persona.

Y, mientras tanto nuestro inefable Presidente del Gobierno (?) entrevistándose en Nueva York con Lula Da Silva, el que acoge a Zelaya. Y en unos días recibirá encantado a Gaddafi, cuyo respeto por los derechos humanos es de todos conocido. Al igual que lo hizo hace unos pocos días recibiendo en España a Chavez y Evo Morales.

 Y esta misma tarde, en su discurso ante la ONU, salió en defensa del orden "democrático" hondureño y de la vuelta de Zelaya. Lógico en él.