Obispos del país denuncian que el texto es un ataque a los Derechos Humanos
La nueva constitución egipcia “prepara el camino para un califato islámico”, según el vicario patriarcal copto católico, monseñor Kyrillos William. Junto a él, los obispos de Luxor y Gizá, Monseñores Joannes Zakaria y Antonios Aziz Mina, han catalogado el documento, que entró en vigor el pasado 26 de diciembre, como un ataque a los Derechos Humanos.
En declaraciones a la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, han manifestado su profunda decepción con la constitución pues, según indican, el nuevo documento solo salvaguarda los derechos de los musulmanes extremistas y entraña un especial riesgo para las mujeres, los jóvenes y las minorías religiosas. Según indica Monseñor William, “esperábamos una constitución que representara a todo Egipto, pero en su lugar tenemos ahora una que solo representa a un grupo de personas. Podemos apreciar que la orientación religiosa prepara el camino para un califato islámico”.
Uno de los aspectos en los que inciden los obispos egipcios es en la repercusión que pueda tener el texto legal en la vida de las minorías religiosas y en las mujeres egipcias. Según monseñor William, “En todas partes de la constitución se encuentran cláusulas, según las cuales todo ha de hacerse de acuerdo con la ley islámica”. Los obispos se muestran preocupados de que la constitución obligue a las mujeres no musulmanas a vestir el velo islámico y legitime el matrimonio de muchachas menores de edad. Los obispos han dicho que, de acuerdo con la sharía, la constitución permite contraer matrimonio a mujeres “sexualmente maduras”, lo que — según indican— implica la aceptación de los matrimonios de menores. Para monserñor Zakaria, “los islamistas quieren aplicar la Sharía en particular en lo referente a las mujeres. Esto es muy malo para las mujeres y para los no musulmanes dentro de la sociedad”.
Dificultades para las minorías religiosas
Los obispos subrayan que esta insistencia en la sharía socava la credibilidad del artículo 3 de la constitución, que asegura los derechos de cristianos y judíos en igualdad con los musulmanes. En este sentido, el obispo de Luxor reconoce la mano de musulmanes fundamentalistas en la redacción del texto constitucional, y añade que “si en la época de Mubarak ya era difícil obtener permisos para reparar iglesias, ahora será aún más difícil. Pero aún será más difícil para los musulmanes chiítas, la religión Bahái, los budistas y otros grupos religiosos, que ni siquiera están reconocidos en la constitución”.
En señal de protesta contra estos contenidos islámicos, la Iglesia ortodoxa copta abandonó, en abril de 2012, las negociaciones en torno a la constitución; los representantes de los católicos coptos y de los protestantes les siguieron rápidamente. Más tarde también se retiraron los par tidos seculares. Los obispos dicen que las elecciones al Parlamento, que se celebrarán durante este año, serán un voto de confianza sobre la nueva constitución y el modo en que el Gobierno actúa con ella. Para el obispo William, “la población debe luchar por sus derechos. La Iglesia no puede hablar en su nombre, pero podemos llamar su atención sobre estos temas con la ayuda de nuestros comités de Justicia y Paz”.