La crisis en Ucrania tiene raíces sociológicas muy profundas
Daniel Ponce Alegre. Teólogo. La gota que ha colmado el vaso ha sido el accidente de tráfico ocurrido hace escasos días en la ciudad ucraniana de Jarkov, en el que han muerto a día de hoy 6 personas y casi 10 están heridas de diversa gravedad. Causado por una joven ucraniana de poco más de 20 años llamada Elena Zaytseva, que conducía un vehículo Lexus de alta gama, y que no estaba bajo los efectos del alcohol ni de las drogas, pero que en los últimos dos años había tenido 5 sanciones de tráfico por conducción temeraria, dicho accidente ha abierto un debate profundo sobre las causas que están desencadenando tan alta siniestralidad en diversas ciudades ucranianas, siendo Jarkov sólo una de ellas.
Este dato se suma a otros que han convertido a Ucrania en el país, no sólo con el mayor número de enfermedades psiquiátricas, destacando entre ellas la esquizofrenia, sino con el mayor índice de prostitución y desintegración social de toda Europa, según datos de asociaciones vinculadas a la Iglesia Ortodoxa Rusa y a Cáritas Internacional. Mientras que el Gobierno de Ucrania, y diversas asociaciones dentro y fuera del país, dedican tiempo, dinero y recursos a la " causa nacionalista " ( como denunciamos recientemente en este Diario:http://www.diarioya.es/content/ucrania-caballo-de-troya-de-eeuu-contra-la-influencia-de-rusia http://www.diarioya.es/content/la-guerras-de-hoy-tambi%C3%A9n-se-combate... ), el pueblo ucraniano, también dentro y fuera del país, está sufriendo enormemente las causas de una ideología política perversa en lo moral, sectaria en lo político y falsa en lo histórico y cultural que está desarraigando a la sociedad ucraniana no sólo de su Historia sino también de sus valores éticos y morales, es decir religiosos, que están inseparablemente unidos a la Historia de Rusia y de la Iglesia, y a través de ellas a la Historia de Europa.
Este hecho está haciendo que la sociedad ucraniana, después de 25 años de supuesta " independencia ", se esté desintegrando moral y socialmente, que haya perdido los frenos éticos más mínimos y que esté volcada en una cultura edonista, del más puro materialismo y del aquí y ahora; este hecho se manifiesta no sólo en la altísima siniestralidad de tráfico sino en el uso de la prostitución como medio de vida, de supervivencia, o en usar las uniones de pareja e incluso el matrimonio como medio para conseguir un fin material, ya sea una casa, un permiso de residencia o lujos materiales.
En próximos artículos, Dios mediante, seguiremos analizando esta triste y grave situación que están padeciendo nuestros hermanos en Cristo Jesús en Ucrania.