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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Se controla la natalidad en nombre de unos ‘derechos humanos’ que cambian según sus circunstancias

La cultura de la muerte de las organizaciones internacionales

La Lupa del Ya.  Como 'la mano que mece la cuna' algunas entidades internacionales tratan de extender una cultura anti-vida y anti-familia no solo en África, sino también en los países en vías de desarrollo. Cuando ocurre un desastre natural en algún país de América del Sur, la solución ofrecida por algún representante de la ONU pasa por controlar la planificación familiar, y muchas veces en nombre de los derechos humanos, que siempre se interpretan según las circunstancias. 

Desde que en 1974 la ONU calificó el derecho a la planificación familiar como una cuestión principal y de ahí pasó a los derechos sexuales y reproductivos, con el pleno apoyo de la Administración Obama en Estados Unidos, para la que “salud reproductiva incluye el acceso al aborto”, ha habido en estos últimos años una carrera de fondo.
 
El Fondo de las Naciones Unidas para la Población se vinculó con la política de un solo hijo en China, que implica multas y abortos y esterilizaciones forzosos a las familias infractoras. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF aconsejan la utilización de aspiradores manuales para una práctica rápida y fácil del aborto.
 
Además de la promoción del aborto, los lobbies internacionales aprecian mucho la ideología de género, -para la que cualquier deseo es en sí mismo un derecho-; la ideología marxista que habla de la familia como primer lugar de opresión de la mujer. 
 
La  Unión Europea y sus instituciones han luchado duro para cambiar la política restrictiva del aborto en Polonia e Irlanda, así como con Lituania, por prohibir que en los colegios de su país se promocionara la homosexualidad, hasta el punto de plantearse echar a este último país de la UE.
 
Otra muestra del intervencionismo de las instituciones europeas está en la actividad desarrollada por el Consejo de Europa, que se muestra partidaria a que los homosexuales puedan adoptar y acceder a la reproducción artificial, y apoya que se limite la objeción de conciencia de médicos y centros sanitarios ante el aborto. Y la Comisión Europea llegó a amonestar al Reino Unido por querer permitir a las organizaciones religiosas no contratar a homosexuales.
 
Todas estas batallas están económicamente respaldadas por las grandes sumas de dinero que reciben de los Gobiernos internacionales, de algunas instituciones internacionales y de fundaciones que les apoyan, como Bill Gates, Rockefeller y Ford.