Miguel Angel Gutiérrez. Dios nos llama a amar a todos y, lógicamente, Esperanza puede contar especialmente con los cristianos en este sentido, quienes le agradecemos los aciertos en su gestión y le deseamos también una mayor conversión espiritual para bien suyo, de los españoles en general, y madrileños en particular.
Es normal para los cristianos agradecer su gestión en temas tales como la retirada en Madrid de Educación por la Ciudadanía, su defensa de la unidad de España , sus críticas a Rajoy en el “caso Bolinaga” y en el tema del IVA, la bajada de impuestos, su gestión económica, su firmeza frente a los abusos de los sindicatos, etc.
Una vez expuesto esto, es lógico también que los católicos reprochemos a la señora Aguirre su desacierto práctico en cuanto a su gestión de defensa de la vida del no nacido en la Comunidad de Madrid, su excesiva y utilitarista tolerancia con el lobby gay o su peligroso entusiasmo con el proyecto de Eurovegas.
Quizá la serenidad que le proporcione estar más alejada de un mundillo partidista, y del ambiente de la casta política, le lleve a una revisión más profunda y espiritual de los asuntos anteriores. Ella es una mujer de carácter y talento, una pura sangre, con muchas cosas buenas de las que se puede estar sirviendo el Señor Misericordioso para conducirla con mayor fuerza hacia El tras un periodo de seria y necesaria reflexión dadas sus circunstancias, que bien pudieran ser Providenciales.
Desde aquí, invito a todos los fieles católicos a rezar por la salud de Doña Esperanza Aguirre con esta bella oración de Juan Pablo II :
Oración a María Santísima por la salud de los enfermos
Autor: Su santidad Juan Pablo II
Oh Virgen María, Salud de los enfermos,
que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario
y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo,
participando íntimamente de sus dolores,
acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él,
para que las semillas esparcidas durante el Jubileo
sigan produciendo frutos abundantes en los años venideros.
Madre misericordiosa, con fe nos volvemos hacia Ti.
Alcánzanos de tu Hijo el que podamos volver pronto,
plenamente restablecidos, a nuestras ocupaciones,
para hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo.
Mientras tanto, quédate junto a nosotros en el momento
de la prueba y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro "sí",
seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien
más grande.
Virgen Inmaculada, haz que los frutos del Año Jubilar
sean para nosotros y para nuestros seres queridos,
prenda de un renovado empuje en la vida cristiana,
para que en la contemplación del Rostro de Cristo Resucitado
encontremos la abundancia de la misericordia de Dios
y la alegría sin fin del Cielo.
Amén!