Enrique De la Puente En un artículo de Albiac, creo recordar que se titulaba “Escrito sobre el agua”, el filósofo nos ilustraba sobre lo que él pensaba sobre la escritura. El artículo me hizo pensar, cosa que casi siempre me pasa cuando leo lo que escribe, en lo que para mí representa la escritura; siempre he sido un lector de todo lo que se me ponía al alcance y desde pequeño corregía las faltas que encontraba en los textos que leía. Cuando las faltas las cometía yo en mis exámenes o en las redacciones, las correcciones de mis maestros me dolían más por haberme equivocado que por la repercusión que iban a tener en las notas que me pusieran.

Recuerdo que en una redacción sobre navegación, tema que siempre me ha apasionado, escribí algo así como que seguramente la primera embarcación propiamente dicha sería el resultado de la labor de algún ingenioso al que se le habría ocurrido cortar un árbol y ahuecar el tronco por dentro para construir la primera barca. Esperando yo una nota muy buena, mi decepción llegó cuando la nota no fue tan buena y pude leer la aclaración con la que mi profesor la justificaba: “no lo iba a ahuecar por fuera”. En ese caminar continuo por la escritura me he encontrado de todo, desde magníficos autores que fueron formando mi carácter, determinando mis gustos o condicionando mi actitud ante los problemas técnicos con los que he tenido que lidiar en mi vida profesional, hasta escritos que me han producido rechazo.

Yo acostumbraba a añadirles mis comentarios y calificarlos con la nota que creía merecían por su contenido y por la forma de expresarlo y no era porque me considerara de alguna manera por encima, sino porque siempre me ha gustado releer al cabo de un cierto tiempo lo ya leído. Cuando alguien me ha preguntado la razón de ello, contesto que la mayor parte de las veces que se repite la audición de una partitura o la visión de una película, encontramos algo nuevo, un detalle que no habíamos captado antes y que lo mismo me pasaba a mí con los textos releídos.

Además, cuando al hacerlo mi opinión no coincide con la reseñada, me doy cuenta de cómo voy evolucionando en mi forma de pensar. La escritura supuso un cambio radical para la Humanidad, ya que, al pasar de la transmisión oral, en la que el mensajero podía cambiar el original, con la escritura el mensaje permanecía intacto y se conservaba en el tiempo, para que pudiera llegar sin cambios al lector

A nivel de usuario, como se dice ahora, la escritura nos permite conservar recuerdos más allá de las batallitas del abuelo, que de otra forma se perderían, lo que sin ser una gran pérdida la mayoría de las veces, si es una pena que no se recuerden en el seno familiar, ya que es un recurso más para mantener unida la familia, institución hoy tan atacada. Sólo voy a contar una, porque cada lector de este artículo tendrá las suyas. Con ocasión del bautizo de una de mis nietas, en la misa de celebración, cuando después de las preces el celebrante dijo: ¿alguien quiere pedir algo?, otro de mis nietos se levantó y dijo: yo, por favor un vaso de agua.

La rechifla en la iglesia fue total, pero el sacerdote reaccionó muy bien y comentó lo atento que había estado el niño, que era bastante pequeño en aquellas fechas. Recomiendo a todos mis conocidos, y ahora a todos los que lean esto, que escriban. Que escriban las anécdotas de sus hijos o de sus nietos, que escriban sobre los recuerdos de su vida, sobre sus experiencias, sobre todo lo que hayan pensado sobre cosas importantes o no, pero que aprovechen la escritura para que una realidad, por muy subjetiva que resulte, no se pierda.

Cuando las ideologías imperantes en cada momento quieren contar el pasado, según les viene bien para justificarse, es importante que los que van incorporándose a la sociedad puedan encontrar fuentes de información distintas de las “oficiales”, que por lo general dicen lo que quieren y ocultan lo que no les favorece. Además la actividad de escribir está ahora recomendada por la mayor parte de los geriatras, así que animo a todos a practicarla; ahora está de moda el culto al cuerpo, por estética o por salud, pero dedicar algún tiempo a escribir también es una buena gimnasia para nuestra mente y quién sabe si las batallitas de la abuela o del abuelo puede hacer algún bien a los que nos siguen.