La esperada sentencia del Tribunal Supremo
Belén Rubio.
Pensábamos que nunca llegaría, cada vez se hacía más larga la espera y al final…un primer susto con ese NO tan rotundo. Sin embargo, a medida que las horas pasaban todo iba cambiando. Las cosas no eran como parecían y esta sentencia del Tribunal Supremo frente a la Objeción de conciencia a Educación para la ciudadanía ha dado más de lo que esperábamos muchos padres, sobre todo si son ciertas las afirmaciones del periódico “El mundo” en las que afirma que “la resolución judicial «no permite a las autoridades administrativas o escolares, ni a los profesores, imponer a los alumnos criterios morales o éticos que son objeto de discusión en la sociedad.”
Si esto es así, los magistrados han sabido detectar la verdadera preocupación de miles de padres de toda España. La objeción de conciencia es un simple medio, no el objetivo final. Por ello, no es de extrañar que muchísimos padres se hayan animado todavía más al conocer esta sentencia y muchos medios de comunicación, pese a haber grabado entrevistas a muchos padres a lo largo de toda la geografía, no hayan querido mostrar esas imágenes a toda España; quizás esperaban encontrar a unos padres desolados y “tirando la toalla”. Nada más lejos de la realidad.
Esta batalla no ha hecho más que empezar y lo siento por aquellos que quieren pasar página y acabar el libro, hasta ahora solo hemos visto la presentación y al libro le quedan muchas otras páginas por escribir.
Si estas matizaciones forman parte de la sentencia, la objeción de conciencia carecería de sentido siempre que el Ministerio modificara los Reales decretos de modo que esos contenidos que afectan a la moral o aquellos que todavía son objeto de discusión en la sociedad no pudieran aparecer en manuales o apuntes, de este modo la asignatura solo transmitiría valores constitucionales, que es precisamente lo que los padres siempre hemos querido.