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Diario YA


 

manos a la obra para conseguir acuerdos parciales con los distintos partidos de la oposición

La estrategia de ZP: comisiones y acuerdos globales

Miguel Massanet Bosch. Fracasado el intento de ZP de conseguir un acuerdo global contra la crisis, nuestro Presidente se ha puesto manos a la obra para conseguir acuerdos parciales con los distintos partidos de la oposición. Evidentemente que, este sistema, supone que cada concesión que consigue arrancarles a sus interlocutores para que lo apoyen, comporta ceder una serie de contraprestaciones a cambio; debido a que, estos partidos minoritarios y nacionalistas, no mueven pieza si no es para sacar provecho del movimiento. Como se ha podido comprobar, en la reunión de la señora vicepresidenta segunda, doña Elena Salgado, con los representantes de la CC.AA, el Gobierno no tiene clara la política que se tiene que aplicar para lograr la contención del gasto público y, si es incapaz de adoptar medidas adecuadas para recortar gastos en la Administración central y en todas aquellas funciones que son de su competencia, ¿cómo va a ser capaz de poner orden en 17 comunidades, cada una con un gobierno distinto, con problemas específicos de tipo social, económico, industrial y agrícola, según su riqueza, su situación geográfica o el partido político que las gobierne. Lo malo de todo esto es que España no puede esperar a que el señor ZP decida actuar.

Está visto que, ante lo que se les viene encima, viendo la tensión cada vez más patente que se está creando con motivo de la grave situación de Grecia y observando como los países que cortan el bacalao dentro de la UE, se están tirando de las barbas intentando, cada uno de ellos, evitar que, el sacarle las castañas del fuego al señor Papandreu, les obligue a implicarse demasiado, a costa de sus arcas, en un rescate que está lejos de garantizar que va a ser suficiente, adecuado o, incluso, oportuno para sacar del apuro a una nación con graves problemas de índole interno y con una evidente inestabilidad social que puede poner en peligro la misma continuidad del actual gobierno. Alemania, por voz de la señora Merkel, ya ha dado el primer aldabonazo oponiéndose a comprometerse en tal operación y si, al fin, se decida a hacerlo será compartiendo los riesgo con el mismo FMI. Una curiosa situación para una Europa que, sólo hace unos días, presumía de poder hacer frente a todos sus problemas por ella misma, sin ayudas externas. Con un Sarkozy en horas bajas, preocupado por su situación política dentro de su país, después de la abultada derrota sufrida en las urnas, no parece que Francia pueda seguir galleando como lo ha venido haciendo hasta ahora; por lo que, la entente Alemania-Francia, puede haber quedado debilitada respeto a posturas defensoras de un menor compromiso común, como podrá ser la del Reino Unido del señor Brown.

A todo esto, causa hilaridad la propaganda que están haciendo los medios afines al PSOE, incluidas y en lugar destacado las TV, especialmente la TV1 que desde hace ya un tiempo se ha quitado la máscara para lanzarse a tumba abierta a una campaña de desacreditación del PP, convirtiendo todos sus telediarios ( vean ustedes a la señora Pepa Bueno convertida en la mejor propagandista del Gobierno) en arietes en contra de los populares; haciendo leña del caso Burdel y de los problemas del PP balear, dedicando amplios espacios a desgranarlos hasta en sus minucias, para dar la sensación de que dentro del PP todo es corrupción y nepotismo. Vean, sin embargo, el significativo silencio que guardan en el caso del juez Garzón al que, en cualquier ocasión que se les presenta, tratan de exculpar. Y no hablemos del caso del chivatazo a los terroristas de ETA por parte de un alto cargo de la policía, conocido como el caso Faisán, que intentó archivar el juez Garzón y que parece que ha revivido,  poniendo entre la espada y la pared a algunos miembros del PSOE, sin que pueda descartarse que pueda afectar a altos cargos del ministerio del Interior. De todo ello ¡chitón!, ni una imagen ni una palabra. Pero todavía existe un caso que quizá pueda superar en importancia al anterior. Nos estamos refiriendo al caso conocido como la “Operación Poniente de Almería”, un escándalo que no para de crecer a medida que avanzan las investigaciones. Los contactos del PSOE andaluz con los imputados de la Operación Poniente de Almería, según el señor Arenas “demuestra las intenciones socialista de obtener beneficios particulares de intereses públicos y de aniquilar al PP”. Pepe Fernández, director de Onda Cero de Almería, habla de que en este caso “aparecen in situ, desde un fiscal de la Audiencia de Almería, a dos Consejeros de la Junta de Andalucía, juntos o revueltos,… relacionándose con una banda de presuntos delincuentes económicos, políticos y sociales”

Les recuerdo que la Operación Poniente, en Almería, se llevó a cabo a finales de octubre y fueron detenidos una veintena de personas en Almería, Sevilla y Madrid, entre ellas el Alcalde del Ejido, Juan Enciso, el interventor municipal, Juan Alemán, y varios empresarios. Un caso de corrupción que, sin embargo, poca o ninguna acogida ha tenido en la TV1 que, al parecer, entiende por objetividad informativa el viejo  lema de “no quito ni pongo Rey, pero ayudo a mi señor” del infame Vellido Dolfos. El “señor”, en este caso, como nadie pondrá en cuestión, es el PSOE del señor ZP.

El señor ZP, en contra de lo que se divulgó e  la TV1, ha sido el gran olvidado en  el tema griego y, a pesar de ser el presidente temporal de la UE en este trimestre, parece que nadie se ha apercibido de ello, todavía. El hecho es que,  el caso griego, quienes lo manejan son Francia, Alemania y el señor Van Rompuy y quienes van a cargar con la responsabilidad de lo que se tiene que hacer, para sacar a Grecia del atasco, van a ser la señora Merkel, el señor Sarkozy y el señor Van Rompuy. Nadie, en su sano juicio, confiaría a un señor que no ha sabido dirigir a su país a través de la crisis, el erigirse en el mentor económico de otro. Lo cierto es que, en España, el método que ahora parece que ha encontrado para no hacer nada en concreto, ha sido el de nombrar comisiones de estudio para todos los temas, incluido el ya desechado del “acuerdo global de todos los partidos”. Intenta, como siempre, ganar tiempo, confiando en que la crisis se solvente por sí sola para, después, erigirse en el “salvador de la patria”. La señora Salgado ha actuado de una forma similar en su reunión con las CC.AA, para que redujeran gastos. Todo ha quedado en otro “acuerdo global”, en un compromiso de que cada autonomía haría un estudio de los ahorros que podría hacer para discutirlo en una nueva reunión que nadie sabe cuándo ni cómo va a tener lugar. Es posible que vuelvan al método de discutir, comunidad por comunidad, cuales deberán ser los recortes a llevar a cabo, si es que se llegan a producir algunos. Pero ya no hay tiempo para dilaciones.

Es evidente la falta de previsión del Ejecutivo, que sólo hace unos meses les inyectó a las comunidades autónomas 11.000 millones de euros, por la ley de Financiación de las CC.AA, y ahora, apenas unos meses más tarde, les pide que se aprieten el cinturón. ¿Es que la señora Salgado no fue capaz de prever que, si era preciso aumentar impuestos para sufragar la deuda pública, era preferible no entramparse más con una financiación que sólo favoreció, de una manera desorbitada, a Catalunya? Ahora los catalanes son los primeros que se quejan de los 1.200 millones de euros cedidos a Andalucía. Tendrían motivo para ello si ellos no hubieran recibido la parte del león de la financiación concedida por el Estado. Pero, así estamos ¡improvisando!