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Diario YA


 

La impunidad de la delincuencia esta en la semilla filosófica que alimenta el Sistema

Manuel Morillo. 16 de febrero.

A pesar de los trucos estadísticos y de la burocracia disuasoria para denunciar y de la ineficacia de las denuncias, en los últimos treinta años la cifras de delitos es una continua cuesta arriba.

Y no solo por el número de delitos sino por la gravedad de los mismos.

Cuando un olor muy fuerte nos invade la nariz dejamos de percibirlo. Eso pasa con la delincuencia. A base de ser tan común, en el sentido estadístico, deja de ser novedosa, tema de conversación, y deja de ser noticia. Y todavía lo es menos con  el ocultamiento por parte de los Media en complicidad  con el Sistema.

A pesar de que ciertos delitos con victimas famosas tienen notiriedad pública, la delincuencia que constituye realmente un problema nacional  la sufren las clases medias y bajas que viven en los barrios donde se produce, que es continua y que le daña más. 

El clima de inseguridad impide el desarrollo comercial y de servicios de ciertas zonas y disminuye el valor de las propiedades de los habitantes de los barrios populares. Por otra parte delitos que se consideran "menores" son mucho más perturbadores para según que población (El robo de una cartera con 500€ es más trastorno para una pensionista, que el robo de un "goya" en casa de las Koplovic).

Y ya es el colmo cuando se culpabiliza a la víctima de la delincuencia por estar en ciertos sitios (¡Hombre, cómo se le ocurre ir por esas calles y a esas horas!...¡Hombre cómo se le ocurre dejar en el coche a la vista un maletín!)

Por otra parte, a los políticos no les preocupa la delincuencia  porque cuentan con un amplia protección policial (Es escandalosa la cantidad de recursos policiales que se retraen de la protección a los ciudadanos para vigilar edificios de partidos -no hay más que ver Ferraz o Génova-, políticos de de segundo nivel  -fijense en los guardaespaldas que les acompañan incluso cuando van a asuntos particulares) 

Y esta protección policial ser paga con nuestros impuestos y y se nutre de  efectivos que se restan a otras labores.

En muchos casos se piensa que el alto nivel de delincuencia que padecemos depende de la labor policial, de la gestión del Ministerio del Interior, y en última instancia del Gobierno que ocupe el poder.

El alto nivel de delincuencia y la impunidad con que se comete, siendo también un problema de gestión policial y de gobierno, no tiene ahí su origen. De ahí que la inseguridad ciudadana no varíe significativamente con gobiernos progresistas o centroreformistas

El germen del alto nivel de delincuencia está en la raíz filosófica del Sistema. 

El sistema antropológico que alimenta esta democracia liberal relativista es de inspiración rusoniana e incide en el sistema educativo, considerando que el sistema penal debe ser reinsertador del delincuente y no defensor de la victima. Los legisladores del sistema invierten el orden de la finalidad de la pena.

Lo natural de la legislación penal es que sea  punitiva (que se castigue al delincuente proporcionalmente a su delito)  y preventiva (ante el miedo a la pena el delincuente no delinque), y en último luegar, solo si es posible, pero sin entrar en colisión con las dos anteriores características, reinsertativa . De esta forma se protege a los ciudadanos de los delincuentes.

Pero la legislación del sistema, con una continuidad sospechosa, sin notorias diferencias sea cual sea el partido del sistema que gobierna, ha mantenido unas leyes que atan las manos a la policia. 

Por otro lado toda una colección de jueces complices activos o cobardes, para no complicarse la carrera, en connivencia con la clase política y la filosofía del sistema, actua con más arbitrariedad que discreccionalidad en la aplicación de unas leyes ya de por si injustas con las víctimas.

Las víctimas de la delincuencia, somos todos los ciudadanos (no hace falta que hallamos sufrido un delito directo para ser victimas:¿Cuánto dinero nos cuestan sistemas de sugiridad, seguros, etc?.... ¿Cuánto tiempo perdemos y cuantas humillaciones sufrimos pasando por arcos de seguridad, cacheos, etc..? ¿Por cuantos lugares no podemos pasar, aparcar, acercarnos, visitar, etc... por "seguridad"?...

Sin embargo todos somos responsables de sufrir directamente, económicamente, etc... la delincuencia.

Llevamos treinta años llevando al poder a una misma clase política que ha legislado contra los ciudadanos. Las diferentes mayoría parlamentarias no han cambiado sustancialmente la situación.

 Todos somos conscientes de que ellos son los responsables y todos tenemos certeza de que mientras ellos continúen la cosa no va a cambiar porque forma parte de su esencia.

Si seguimos votando a los mismos partidos sabiendo positivamente no tenemos razón moral para quejarnos cuando seamos víctimas de una delincuencia que hemos generado de manera indirecta, al apoyar unos partidos que son el origen del problema.

Tenga memoria y cuando vaya a votar la próxima vez recuerde la veces usted o sus allegados ha sentido la inseguridad y la injusticia. 

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