Miguel Massanet Bosch. Hoy he tenido la oportunidad de leer un interesante artículo sobre la ineficiencias de las CC.AA y municipios, recogido por D. Soriano de LD, que comenta un estudio de UPyD que merece, a mi entender, que tengamos en cuenta. No se necesita ser licenciado por Harvard para darse cuenta de que, el tema de las autonomías y los municipios, se ha constituido, posiblemente, en el más preocupante para España y su Gobierno. La deuda acumulada y el déficit que han venido apilando unas y otros, durante los últimos ejercicios, hoy en día se ha convertido en una de las causas de inquietud mayores, tanto para España como para el resto de países de la UE, que siguen estando pendientes de si nuestra economía va a poder valerse por si misma, mediante las reformas puestas sobre la mesa por el señor Rajoy o si, por el contrario, va a ser preciso acudir en su rescate.
Lo que ocurre es que, como muy bien se indica en el estudio de UPyD, existe un componente que puede hacerse extensivo a todas las autonomías y municipios españoles (salvo rarísimas excepciones), que está relacionado, a ni entender, con dos factores: la excesiva burocratización que convierte la maquinaria de la gestión y prestación de servicios de ambas instituciones en algo correoso, lento, complicado y, evidentemente, poco ágil para las necesidades de una economía que está precisada de una mayor agilidad y de mayores facilidades para poder ponerse a la altura de la de los otros países con los que debemos competir, si es que queremos salir del marasmo comercial en el que nos dejaron los señores del PSOE y, otro factor consistente en reestructurar, de una vez para siempre, la plantilla de funcionarios, en muchos casos sobredimensionada (no en tanto a las verdaderas necesidades del Estado, sino a causa de las duplicidades que debieran ser corregidas) y de esta lacra endémica, viejo vicio de los partidos que gobiernan el país, de ir dando ocupación a una serie de personas a las que se agradecen sus servicios encareciendo y sobredimensionando la nómina de las administraciones públicas tanto comunitarias como municipales..
Como dice el mismo estudio, calcular lo que cuestan el actual sistema autonómico y municipal, probablemente, sería una “misión imposible”. El estudio se centra, en cuanto al estado autonómico, en la conveniencia o no de la devolución de trasferencias al Estado central, como un sistema de ahorro u, otra de las opciones, mejorar la eficiencia del actual sistema. Posiblemente, como también se contempla en el estudio, lo mejor fuera un sistema ecléctico en el que se devolvieran parte de las competencias transferidas al Estado central (sanidad, educación, etc. y la reducción de entes públicos y diputaciones) y, por otra parte, se procediera a realizar lo que se entiende, vulgarmente, como “cura de caballo”; que comprendería, a mi entender, actuar en dos frentes: A) eliminar a toda esta parafernalia integrada por todos aquellos enchufados que, sin ser precisos para el buen funcionamiento de los respectivos departamentos de la administración, constituyen una carga económica que absorbe parte del dinero recaudado que podría ser destinado a mejores fines y B) entrar a saco en cuanto a las exigencias de los requisitos que todo funcionario debe reunir para ponerse al servicio del pueblo, de modo que, tanto su preparación como su rendimiento, justifiquen el sueldo que reciben de los impuestos de todos los españoles.
Porque señores, si nos creemos las cifras que se desprenden del estudio de UPyD, y no tenemos porque dudar de ellas, resulta que el coste de la ineficiencia de regiones y ayuntamientos “supone a las arcas públicas poco menos de 40.000 millones de euros”. ¿Se imaginan ustedes lo que supondría, en estos momentos, para España, el disponer de un remanente de cuarenta mil millones de euros para sanear nuestras cuentas? Para ello, aún sin tocar nada de lo actualmente vigente, parece que podría conseguirse el ahorro indicado sólo apelando a la aplicación de criterios de las administraciones mejor gestionadas. Claro que, la reciente ley aprobada en el Parlamento, la de Estabilidad Financiera, relativa a la contención del tope de gasto de las CC.AA y ayuntamientos, comportará el obligar a los gestores comunitarios y locales a hacer encaje de bolillos para no sobrepasar el tope de déficit que en ella se les impone.
Y, a propósito de lo que se puede hacer en España para conseguir una gestión más racional y un ahorro sustancioso del gasto autonómico, hemos tenido un ejemplo en el acuerdo de la mayoría de autonomías del país, promovido por la ministra de Sanidad, la señora Mato, por el que se ha convenido que; todas las vacunas precisas para el ejercicio 2012- 2013, se van a comprar de manera conjunta a efectos de conseguir mejores descuentos de los proveedores. Significativamente y dando, una vez más, prueba de la falta de solidaridad y del sectarismo de alguna de las autonomías no gobernadas por el PP; han tenido que dar la nota, excluyéndose del acuerdo, las comunidades de Catalunya, País Vasco y Andalucía. Ellos sabrán los motivos que les han inducido a dar la nota pero, a los que ya conocemos el paño, a los que sabemos lo que son sus prioridades y estamos al corriente de sus métodos para ahondar en sus diferencias ideológicas con el partido del gobierno, aunque ello suponga un evidente perjuicio para los habitantes de sus respectiva comunidades; no nos extraña que nacionalistas y andaluces, impulsados por su sectarismo secesionista e ideológica de izquierdas, antepongan sus intereses políticos al bienestar de sus ciudadanos
Quizá notemos a faltar, en el gobierno del PP, acuciado por la necesidad de tranquilizar los mercados internacionales y contentar a Bruselas, una falta del ejercicio legislativo, de su facultad de promulgar leyes que le ayudaran a controlar los extravíos de determinados sectores minoritarios de la sociedad, más proclives a obstaculizar la labor del gobierno que a sumarse al esfuerzo y el sacrificio común, que pueda conducirnos a superar estos momentos de grave inestabilidad económica. Y es que existen grupos que parece que lo que están buscando es que, el nuevo gobierno, se estrelle y que, Europa, tire la toalla y se desentienda de nosotros; para poder aprovecharse de las aguas revueltas y del malestar social para conseguir, a través de la revolución social lo que no son capaces de obtener por medio de las urnas. El señor Rajoy debiera de poner atención a esta quinta columna que está consiguiendo, con su actitud destructiva en la prensa y en las Cortes, ídolos de barro en sus campañas insensatas en las que ofrecen mantener el famoso “ Estado del bienestar”, sabiendo que no está en sus manos lograrlo; máxime, si se tiene en cuenta que fueron ellos los que, con su mala gobernación y la rémora de nacionalistas y comunistas, nos legaron la España del endeudamiento, el déficit público y el desempleo insostenible, que ahora debe enderezar el nuevo gobierno del PP. O esta, señores, es mi opinión al respeto
En todo caso, creo que se debe agradecer el esfuerzo de UPyD, un partido modesto y de escasos recursos, que haya sabido entender que lo importante es diagnosticar los problemas de la nación y, por ello, se ha sacrificado, al invertir una parte de sus recursos limitados, para llevar a cabo un estudio que, sin duda, ha dado en el blanco al poner al descubierto uno de los puntos débiles de nuestro sistema autonómico. Y no quiero desaprovechar la ocasión de hacer referencia a uno de sus militantes, el profesor y escritor conquense, don J.A. Buero, del que me precio ser amigo y con quién tengo el gusto de colaborar, habitualmente, en su blog Aires de La Parra.