La Legión de Cristo reconoce que le ha costado mucho asimilar los hechos de la vida de su fundador
En un comunicado oficial hecho público el 26 de marzo, firmado por el director general y su consejo, y todos los directores territoriales de la Legión de Cristo, la congregación ha reconocido que les ha costado mucho “asimilar” los “hechos reprobables” de la vida de su fundador. Asimismo, la congregación pide perdón a las “víctimas”, para las que “este tiempo ha sido demasiado largo y doloroso”, a las personas que acusaron al P. Maciel en el pasado y a las que no se dio crédito o no se supo escuchar “pues en su momento no podíamos imaginarnos estos comportamientos”, y a todos los que han sido “afectados, heridos o escandalizados”.
Con la mirada puesta en el futuro, la Legión de Cristo ha asumido públicamente que no siempre ha podido o sabido “salir al paso” de todas las personas que han sido dañadas por los hechos “reprobables” de la vida de su fundador. Ha manifestado, una vez más, su “dolor” y “pesar” por ellas, así como el “sufrimiento que este escándalo ha causado a la Iglesia”, y ha expresado su compromiso decidido a “seguir buscando la reconciliación y el encuentro” con quienes han sufrido: “Es nuestro deber cristiano y sacerdotal”, afirma.
En el comunicado, que aborda directamente algunos hechos de la vida del fundador, se reconoce la dificultad de la Legión para aceptarlos: “Habíamos pensado y esperado que las acusaciones presentadas contra nuestro fundador fuesen falsas e infundadas, pues no correspondían a la experiencia que teníamos de su persona y su obra”. También se hace explícito que, sin embargo, la Congregación para la Doctrina de la Fe como conclusión de la investigación canónica iniciada en 2004, llegó a la “certeza moral suficiente para imponer sanciones canónicas graves” a causa de las “acusaciones hechas en contra del P. Maciel, entre las cuáles se incluían actos de abusos sexual a seminaristas menores”. Posteriormente, “supimos que había tenido una hija en el contexto de una relación prolongada y estable con una mujer y otras conductas graves. Más adelante, aparecieron otras dos personas, hermanos entre sí, que afirman ser hijos suyos, fruto de la relación con otra mujer”.
La Legión de Cristo afirma que, “ante la gravedad de sus faltas, no podemos mirar su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal”; reprueba estos actos, “contrarios a los deberes de cristiano, religioso y sacerdote”, y afirma que “no se corresponden a lo que nos esforzamos por vivir en la Legión de Cristo y en el Regnum Christi”. Al mismo tiempo, reconoce que “Dios, en sus misteriosos designios, eligió al P. Maciel para fundar la Legión de Cristo y el Regnum Christi”, agradece a Dios el bien que realizó, y expresa la confianza en su misericordia así como la necesidad de “expiar con espíritu cristiano sus faltas y el escándalo por ellas causado”. Por otro lado, la Legión asegura que “si hubiese alguna colaboración culpable, actuaremos según los principios de la justicia y la caridad cristianas, responsabilizando de sus hechos a estas personas”.
La Santa Sede anunció en marzo de 2009 una visita apostólica a la congregación para ayudarla a “superar las dificultades existentes”, y la Legión de Cristo reitera su agradecimiento por la misma al Santo Padre y a los cinco obispos visitadores, comprometiéndose a acoger ”con obediencia filial” sus indicaciones y recomendaciones, y a ponerlas en práctica.
En el comunicado, la Legión también reconoce, con la mirada puesta en el futuro, que este período de su historia le ha servido para “reflexionar” sobre su “identidad y misión”, que asume “la responsabilidad de profundizar en la comprensión de nuestra historia, carisma y espiritualidad” y que les ha impulsado a “revisar con humildad y sencillez diversos aspectos de nuestra vida institucional”.
Afrontando ese futuro con esperanza, y desde el convencimiento en que “necesitamos una constante renovación, personal y comunitaria”, la Legión expresa su decisión firme de seguir buscando la reconciliación, conocer la verdad sobre su historia, continuar ofreciendo seguridad en sus instituciones –sobre todo para menores de edad-, crecer en espíritu de servicio desinteresado a la Iglesia y las personas, mejorar su comunicación, velar por la aplicación de controles administrativos, redoblar su empeño en la misión de ofrecer el evangelio de Jesucristo al mayor número posible de hombres y, “sobre todo, buscar la santidad de vida de la mano de la Iglesia”.
Por otro lado, en la carta con la que el P. Álvaro Corcuera, LC, presenta el comunicado a los miembros y amigos del Regnum Christi, aborda la intervención de los directores como uno de los factores que han determinado el rumbo de su historia: “Vista desde la perspectiva humana, se podrá juzgar que ha sido más o menos acertada. O desacertada. Repasando en particular mi propia actuación, dada la responsabilidad que me atañe, puedo asegurarles que en todo momento he intentado proceder con la mayor pureza de intención y la máxima prudencia (...). Pero no soy infalible. No sé si he acertado. Seguramente no en todo. Los demás directores habrán podido también cometer alguna equivocación, en medio de innumerables actuaciones atinadas. Pero lo que sí es indudable es que Dios sabe escribir recto sobre renglones torcidos”.