Principal

Diario YA


 

De película

La Ley Sinde y la “piratería”

José María Caparrós

Hace unos días, la ministra de Cultura afirmó que está segura de que “en muy poco tiempo, la piratería va a ser un recuerdo del pasado”. Según Ángeles González-Sinde, la nueva normativa antidescargas permitirá desarrollar de “forma más rápida” un mercado legal de contenidos culturales en Internet.

Recordemos que en diciembre de 2010, el Ministerio de Cultura, para luchar contra la piratería de Internet en España, pensó “cortar por lo sano” con una disposición, incluida en la Ley de Economía Sostenible, que permitiera por orden judicial el cierre de páginas web de descargas de contenidos e intercambio de archivos. Ante este anuncio, se enzarzaron los afectados: unos defendiendo sus intereses comerciales y los derechos de autor; otros, aludiendo que era un atentado contra la libertad de expresión. Y mientras las productoras anunciaron el futuro cierre de sus correspondientes portales, la Asociación de Usuarios de Internet manifestó que iba a presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional si se aprobaba la ley.

Un pacto entre el PSOE, PP y CiU posibilitó salvar la denominada Ley Sinde, que había naufragado en el Congreso un mes antes. Por tanto, se aprobó reformado un mecanismo para agilizar la lucha contra la descarga gratuita de contenidos culturales protegidos mediante la creación de un órgano administrativo con competencias para identificar y sancionar las actividades lesivas de los derechos de autor. Pero ahora está pendiente el Real Decreto, que podría aprobarse antes de este verano.

La polémica se incrementó con las declaraciones del entonces presidente de la Academia del Cine Español, Álex de la Iglesia –quien había sustituido a Ángeles González-Sinde en ese cargo, cuando ésta fue nombrada ministra–, pues estaba en desacuerdo con la postura de la Administración. Y tras intentar conciliar a ambas partes, dimitió.

Francamente, estamos ante un conflicto de intereses, donde se dirimen los legítimos derechos de autor y la libertad de los usuarios. No sé si con leyes coercitivas se va a solucionar tan grave problema; mejor sería concienciar a la ciudadanía en la responsabilidad personal.