Jesús Asensi Vendrell. Algunos andan más que empeñados en hacernos creer que la culpa de todos nuestros males la tiene la crisis económica y que con trabajo y dinero en el bolsillo seremos la mar de felices. Pero, ¿es eso cierto? ¿Alguno se cree todavía que el dinero por sí solo da la felicidad? Entonces, ¿qué hacemos con el alcohol, las drogas, la violencia, el ecologismo hipócrita; que defiende la vida de todo animal menos la del ser humano; la pornografía, el fracaso escolar, la pereza que inmoviliza, el quítate tú, que me pongo yo, y demás bajezas humanas?
Quizá nos ayude, para responder a estas preguntas y a otras más transcendentales, una certeza que sacerdote don Ignacio Juez apunta en uno de sus libros titulado “Quiero creer”: “No somos dioses, sino criaturas, y el corazón humano tiende a la adoración. Si no adora a Dios, se fabrica otros ídolos. Por ejemplo, la diversión, el sexo, las drogas, el alcohol, la comodidad, el éxito, el ordenador, el lujo, los sentimientos agradables, los animales, etc. Pero hay una gran diferencia. Dios nos ama y quien se acerca a Él recorre un camino de amor. En cambio, quien se agarra a los ídolos transita por sendas de esclavitud”.