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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

No podemos obviar que, con unos y con otros, tenemos el enemigo en casa

La otra crisis: Capitalismo comunista

Jesús Asensi Vendrel. Algunos se han echado a temblar ante la aparición triunfal de Pablo Iglesias y su criatura política llamada “Podemos”. Quizá sea por el temor a que bien pronto España caiga bajo un régimen comunista y se ponga punto y final a multitud de derechos individuales. Pues que se queden la mar de tranquilos esos temerosos, pues poco más puede hacer el comunismo por conmutar unos derechos que, tras años y años de capitalismo deshumanizado que nos desgobierna, desaparecieron sin dejar rastro.

Porque resulta que ambas ideologías, la comunista y la capitalista, han creado su propia deidad: Un supuesto “papá estado del bienestar” que está por encima del bien y del mal. Y así, unos, los comunistas, sacrificarán a “papa estado” los derechos de las personas individuales y les obligarán a comulgar con su laica religión en pos del bien común, de todo aquello que lleve la coletilla de “público”. Y así, otros, los capitalistas, sacrificarán a ese “estado del bienestar” cualquier derecho individual y nos obligarán a comulgar con su económica religión en pos de unos brotes verdes, de una recuperación económica endiosada.

Y así, a unos y otros, comunistas y capitalistas, siempre enarbolando la defensa y supremacía de su deidad, aprueban y dejan vigentes leyes que atentan directamente contra el ser humano y el sentido común. Ahí tenemos la ley del aborto, la del matrimonio homosexual, la ley de educación que deja a un lado a las áreas de humanidades, deja sin concierto económico a centros escolares de educación diferenciada o reduce a la mitad la plantilla de maestros de religión… A unos y a otros no les tiembla el pulso cuando se trata de defender lo suyo, pese a quien le pese o caiga quien caiga.

No podemos obviar que, con unos y con otros, tenemos el enemigo en casa y que nos va a tocar a nosotros, a cada uno, dar la cara y apechugar con lo que hay. ¿Cómo? Pues apoyando desde ya, sin miedo a perder ese “voto útil”, a otras formaciones políticas alternativas que no acaban de emerger por nuestra culpa, por ese miedo que nos domina a que venga a gobernarnos lo que ya llegó años ha. Ahí queda eso.

Etiquetas:comunismoPablo Iglesiasespaña