Jesús Asensi Vendrell. Parece ser que en esta época de crisis, no tan solo económica, se ha puesto de moda la hipocresía y la falacia. Y digo esto porque es seguro que si los resultados electorales gallegos y vascos hubieran sido otros, ahora mismo unos estarían utilizando los ataques de los otros y los otros respondiendo y defendiéndose de igual manera que los unos.
Nadie en su sano juicio duda que si el señor don Alberto Núñez Feijó hubiera perdido la mayoría absoluta en Galicia, ahora mismo los socialistas estarían pidiendo la cabeza del señor Rajoy, esgrimiendo que la ciudadanía ha castigado al Partido Popular por la política de recortes realizada por el Gobierno central y también autonómico.
Por eso, porque parece ser que todos los políticos son “más de lo mismo”, los populares están pidiendo ahora mismo la dimisión del señor Rubalcaba, esgrimiendo que los votantes han castigado a los candidatos socialistas por su mala gestión en la oposición.
Unos y otros, a la mínima oportunidad y sin venir a cuento, tratan de desgastar al contrincante político, recriminando actitudes que ellos mismos hacen suyas siempre que se da la vuelta a la tortilla y también las veces que haga falta. Triste ejemplo el que nos dan nuestros dirigentes políticos, incapaces de llegar a acuerdos por el simple hecho de no poder compartir los argumentos del partido opositor. Triste el ejemplo que dan a la ciudadanía que, una y otra vez, es testigo de un desacuerdo que llega a crispar la paz social.
Parece ser que se ha puesto de modo la hipocresía y la falacia. Parece ser que necesitamos una regeneración política urgente. De nosotros, de la sociedad entera, depende que esto cambie o no. Y para ello no nos cabe otra que formarnos y trabajar lo mejor posible, a ver si nuestro buen ejemplo anima a otros a seguir el camino de la política con la dignidad y el señorío debidos.