La pantera negra no existe
¿Cómo que no? Pues eso, que no existe, aunque la hayamos visto miles de veces por televisión. La pantera negra no es una especie, es un jaguar o un leopardo que sufre melanismo, que consiste en un exceso de pigmentación oscura en las células de la piel. Sería algo parecido al albinismo pero en estas especies se traduce al origen de ejemplares negros en la población. Por lo tanto, la definición de pantera negra se utiliza indistintamente para designar a un animal que pertenece principalmente a dos especies y, siendo rigurosos con el uso del lenguaje, está mal dicho. El nombre correcto sería jaguar melánico o leopardo melánico. De hecho, si se observa al animal de cerca, se pueden distinguir las manchas propias de ambas especies.
Aquellos conocedores de estos dos hermosos animales, sabrán distinguirlos a simple vista sin mayor problema. Pero para los menos expertos, a los que les asaltan duda a la hora de diferenciarlos, el jaguar se caracteriza por tener una apariencia más robusta. Tanto el cráneo como las mandíbulas son más grandes y la forma de la cabeza es más cuadrada. Aunque lo más significativo del jaguar para proceder a su identificación es el patrón de manchas, que forma algo parecido a una flor con un punto en el centro. También se puede observar que las manchas son más grandes y menos numerosas que las del leopardo.
La confusión en castellano del término pantera negra proviene del nombre científico. El género en latín de los cinco grandes felinos es Panthera, y de ahí el que se adoptara para denominar a los jaguares y leopardos melánicos. Y la verdad es que los grandes felinos en su nombre científico son todos panteras: tigre (Panthera tigris), león (Panthera leo), jaguar (Panthera onca), leopardo (Panthera pardus) y leopardo de las nieves (Panthera uncia).
Para conocer más acerca de las criaturas que habitan la selva tropical: como el oso de anteojos, el capibara, el quetzal, el delfín rosado o la anaconda, los animales de la selva es el enlace que te llevará a la web donde se recogen curiosidades sobre la fauna de la selva.
Y de lo más grande a lo más pequeño
Si bien el jaguar o la pantera nos pueden impresionar por su grandeza, fuerza y belleza, a continuación podemos quedar igualmente boquiabiertos por el poder que tienen un simple bichillo, de apenas un centímetro y medio, que vive en los rincones y cuya picadura puede llegar a ser mortal, debido a su potente veneno.
Les molesta mucho la luz, por eso suelen buscar lugares oscuros para habitar, tales como sótanos, armarios, debajo de fregaderos, detrás de cuadros, ropa colgada, interior de baúles o conductos de aire acondicionado, entre otras áreas protegidas.
Hablamos de la araña violinista o araña de rincón. La picadura de araña violinista ocurre cuando se sienten amenazadas o atrapadas, como viene siendo normal en numerosas ocasiones por encontrarse entre una prenda de vestir y la piel de una persona. Por eso, debemos sacudir la ropa antes de ponérnosla, como medida preventiva, para ahuyentar a este y otros pequeños arácnidos o insectos que puedan estar alojados en ellas.
La gravedad de la reacción de la picadura de araña violinista depende en gran medida de la cantidad de veneno de araña inyectado y de la sensibilidad de la persona afectada, así como el estado en que se encuentre su sistema inmunológico. Algunas víctimas se recuperan rápidamente, sin que quede cicatriz siquiera, mientras que otras pueden experimentar inmediatamente efectos severos, en especial niños y personas mayores, que en los casos más graves, incluyen la muerte.
Lo mejor en caso de picadura es acudir al médico lo más rápido posible, y mientras tanto, limpia la zona con agua templada y un paño limpio, con movimientos circulares. Aplica hielo en el área afectada, nunca calor, pues incrementará el dolor e hinchazón, además de acelerar la destrucción del tejido que rodea la picadura. Eleva, si es posible, el brazo o pierna donde te picó, pues esto retardará la expansión del veneno por el resto del cuerpo.
Recuerda que las picaduras de araña reclusa parda, nombre con el que también es conocida, suelen tardar de 6 a 8 semanas en curarse. Sin embargo, cuando se dejan sin tratamiento la situación puede complicarse tanto que derive en una amputación o lleve a la muerte. No corras riesgos con este arácnido que puede esconderse en tu hogar y recuerda que la mejor prevención es limpiar todos los rincones de la casa.