La Policía Nacional desarticula una red dedicada a la falsificación de joyas
Redacción Madrid. 15 de octubre. Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo organizado dedicado a la importación, producción y distribución de joyas falsas de prestigiosas marcas en todo en territorio nacional, en una operación en la que han sido detenidas 22 personas, entre ellos el proveedor, los distribuidores, mayoristas y responsables de distintas joyerías implicadas. En total, se han intervenido 16.767 piezas que podrían superar los tres millones de euros en el mercado, aunque, según acreditan los servicios de aduanas, el cabecilla habría recibido de Tailandia cerca de 289.000 joyas.
Según informó la Policía en un comunicado, las falsificaciones eran en su mayoría importadas desde Asia, aunque en los 56 registros efectuados en toda España se han localizado además 130 moldes con los que se realizaban también las copias de las joyas desde nuestro país.
La operación ha sido realizada por el grupo de Antipiratería de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, en colaboración con la Policía Municipal de Madrid, que fue quien recibió las primeras denuncias. Un dispositivo en el que también han colaborado el GOA de la UDEF Central, las Jefaturas Superiores de Madrid, Galicia y Andalucía Occidental, así como las Comisarías de Córdoba, Burgos, Cádiz y Algeciras.
La investigación se inició con la denuncia interpuesta, ante la Policía Municipal de Madrid, por el representante legal de una prestigiosa compañía italiana que alertó de la existencia de dos empresas que estaban vendiendo en internet joyas falsas de la marca que representaba.
La Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, concretamente el grupo Antipiratería, se hizo cargo de las gestiones necesarias para identificar, y posteriormente desmantelar, el grupo organizado que no solo importaba y comercializaba joyas falsas de la marca inicialmente denunciante, sino también de otras de gran prestigio en el mercado.
El grupo desarticulado estaba integrado por individuos de nacionalidad española, organizado jerárquicamente y con una delimitación de las funciones de cada uno de sus miembros. La organización recibía de forma semanal o quincenal la mercancía, de tal forma que conseguían ofrecer en el mercado ilícito -en joyerías o a través de internet- las réplicas en primicia, casi al mismo tiempo que los originales. Las piezas, que eran recibidas en Córdoba, donde se ubicada el proveedor y los distribuidores, eran finalmente comercializadas en todo el territorio nacional.
Aunque las piezas provenían principalmente de Tailandia, también se detectó la producción de falsificaciones en España. En los registros efectuados en dos joyerías de Madrid se intervinieron 130 moldes de tres conocidas marcas, así como ceras para la fabricación de joyas. En ambas inspecciones también se intervinieron piezas de las mismas marcas.
Todos los establecimientos y joyerías registrados, en total 56, compaginaban las actividades ilícitas con las legales de un establecimiento de joyería, lo que dificultó el descubrimiento de las actividades delictivas.
Los precios de venta al público eran más baratos que la joya original, pero mucho más caros que los de otra joya corriente de idéntica naturaleza, causando a los legítimos propietarios de las marcas no sólo pérdidas económicas sino también graves perjuicios. Por otra parte los clientes pueden sentirse engañados al comprar las joyas falsas en joyerías que les ofrecen credibilidad sobre la condición de las piezas que adquieren y que luego no son auténticas.
El lucro obtenido por la actividad ilícita era muy importante y varias de las personas detenidas llevaban un alto nivel de vida y poseían vehículos deportivos o lujosos.
Las joyas falsas eran introducidas en España y posteriormente distribuidas tanto en joyerías como en páginas de internet, a través de José David A.G., que las importaba desde Tailandia hasta Córdoba por transporte aéreo y, posteriormente, se las entregaba a otros distribuidores que las repartían a mayoristas en varias regiones españolas. Por último, éstos las comercializaban en joyerías y establecimientos minoristas o las vendían por Internet.
Las joyas más solicitadas eran los modelos más novedosos en el mercado, de las cuales sacaban fotografías y las remitían al productor para que las falsificara y en el menor tiempo posible realizara el envío con el fin de disponer siempre de las últimas novedades.
En la investigación se han acreditado, además de las joyas intervenidas, otros 110 paquetes recibidos por la misma persona y del mismo proveedor, con un peso, según controló la Aduana, de 2.576 kilogramos. Teniendo en cuenta que el paquete que se intervino en esta operación, y que se acababa de entregar en ese momento, pesaba 40 kilos y contenía 4.500 joyas, el número total de piezas falsas introducidas en España ascendería a unas 289.000 joyas.
Los distribuidores, Carlos R.C. y Manuel A P., eran los responsables de viajar por diferentes regiones de España visitando a sus clientes, mayoristas y joyeros, para venderles las joyas falsas importadas. Los viajes los iban rotando cada semana a una zona diferente y transportan cantidades que superan las 8.000 piezas. Los beneficios que obtenían de las ventas ascienden a cantidades que oscilan en torno a los 30.000 € semanales.
Finalmente, dentro del entramado de este grupo, están los mayoristas de joyería que compaginaban su actividad legal con la distribución de joyas falsas simulando ser réplicas de otras marcas de reconocido prestigio. Las piezas falsas salían al mercado a través de internet, distribuidas mediante amigos y personas de su entorno familiar o con la venta al público en joyerías
Las joyerías, de forma paralela a su actividad legal, obtenían las joyas falsas que les eran ofrecidas mediante muestrarios por los mayoristas. Normalmente, estos locales comerciales no hacían acopio de mucho género y en muchas ocasiones lo compraban por encargo.
En la operación se realizaron inspecciones en 50 joyerías en las localidades de Madrid, Cádiz, Burgos, Lugo, Sevilla, Ferrol, Algeciras, San Fernando, Chiclana, Córdoba, Leganés y Arganda del Rey. Sólo en Madrid se realizaron más de 30 inspecciones a joyerías que mantenían relaciones comerciales con la principal empresa de mayoristas denunciada, detectando en muchas de ellas la distribución de joyas falsas.
Durante el operativo se intervinieron alrededor de 16.767 piezas de joyería que copiaban las marcas de reconocido prestigio, lo que podría alcanzar una valoración en el mercado de unos tres millones de euros. En Córdoba se han localizado 11.500, en Madrid 4.025, otras 560 falsificaciones en Andalucía, 398 en Burgos, en Galicia se han intervenido 201 piezas y 83 en Sevilla.