Redacción
Como todos los malos estudiantes el Presidente Zapatero preferiría no tener que dar cuentas de lo que hace, a nadie, y menos a los ciudadanos, a los votantes que le han elegido democráticamente. De hecho se ha presentado en el Congreso de los Diputados para convencer con las falacias de siempre, pero sólo su Grupo le aplaude, nadie puede pensar que sacará a España del hoyo en el que nos encontramos.
En el primer tema de la introducción Zapatero no ha defraudado a Montilla y sí al resto de votantes porque ha asegurado que se cumplirá la sentencia del Tribunal Constitucional, pero lejos de acatarla buscará como legalizar los aspectos que hayan sido anulados por razones de forma. Ha dicho textualmente que "el Tribunal ha dictado su sentencia. Naturalmente, la acato, la cumplo y la haré cumplir".
El PP se ha llevado todas las culpas por cuestionar globalmente y de raíz el Estatuto, de la "incertidumbre" vivida durante cuatro años y ha reconocido que le hubiese gustado que la sentencia no se hubiese demorado tanto. Sin embargo, ha estimado que finalmente ésta es "un respaldo al proceso general de renovación estatutaria" en toda España. "El Tribunal ha respaldado globalmente la constitucionalidad del Estatuto, frente a la impugnación global de los recurrentes". El Presidente ha dejado de lado la realidad, ha dejado de lado que no lo que pactó en su día generó división desde el principio, y con esa habitual expresión engañosa que utiliza explicaba que hubiese preferido una unidad en torno al Estatuto en 2006, argumentando que éste debió ser "desde su misma gestación, un instrumento de convivencia y no de confrontación". Quizá sea el momento que estamos buscando los españoles en el que el Presidente va a comenzar a ver la realidad tal como es.
Con el cinismo de quien quiere estar por encima de ley advertía a los grupos políticos la necesidad de que "había que haber sido tan respetuoso con la necesidad de su adecuación a los procedimientos y reglas constitucionales como con la voluntad de reforma expresada por los ciudadanos de Cataluña", olvidándose de que pactó un Estatuto a espaldas de su partido en Cataluña y del resto de partidos en España.