Con la exhumación de Franco, como arma electoral, ha querido ganar votos y dividir a los españoles, pero como es frecuencia en el PSOE, culpa a los demás de sus propios fracasos y errores, lo cual es signo de sinrazón. Las palabras ridículas por desafortunadas de la Sra. Calvo, farisaicamente molesta por las palabras den Nuncio de la Santa Sede en España sobre la resurrección de Franco y la división de los españoles, lógicas y ajustadas a derecho (las del Nuncio por supuesto).
Otro tema es que la Vicepresidenta en Funciones, Sra. Calvo, haya recurrido a los sofismas y descalificaciones demagógicas para defender lo indefendible, utilizando las palabras del nuncio como un alegato panfletario en el más puro estilo sectario para atacar a la Iglesia Católica, a la que quiere fiscalizar con nuevos impuestos. La Sra., Calvo sabe, o debería saber, lo mucho que aporta y ahorra la Iglesia Católica a la sociedad española en campos como la sanidad, la educación, los servicios sociales, así lo demuestra todos los días la Iglesia Católica ayudando a las personas que nadie quiere tener en cuenta. Las personas necesitadas sean de la ideología política que sean, acuden a los servicios sociales de la Iglesia para ser tenidas en cuenta ayudadas y consoladas.
La protesta de la Sra. Calvo quien que llevar a la categoría de conflicto diplomático, son eso una rabieta. Como no podía faltar El País, en campaña permanente desinformativa contra la Iglesia Católica, ha aprovechado el motivo para echar leña a su particular fuego de fobia y sectarismos anticatólico.
Fidel García Martínez