Redacción Madrid. 18 de marzo.
Los alrededores de Chernobyl se mantienen -en su mayor parte- libres de la presencia de humanos, pero, a dos décadas de la explosión en la planta nuclear, la radiación todavía sigue provocando la reducción en el número de insectos y arañas. Según investigadores que trabajan en la zona de exclusión que rodea a la instalación -ubicada en Ucrania- todavía hay una "fuerte presencia de degradación ambiental asociada con la contaminación".
Los profesores Timothy Mousseau de la Universidad de Carolina del Sur en EE.UU., y Anders Moller de la Universidad de Paris-Sud, trabajaron juntos en el proyecto, publicado por la revista especializada, Biology Letters. Ambos investigadores habían descubierto anteriormente que la radiación -en bajos niveles- que se encuentra en el área, tenía un impacto negativo en la población de aves. "Queríamos extender nuestra investigación para incluir a los insectos, mamíferos y plantas, y este estudio es el siguiente de la serie", señaló el profesor Mousseau.
El profesor ha estado trabajando por cerca de una década en la zona de exclusión. Es la parte contaminada con radiación que rodea las instalaciones que fueron evacuadas después de la explosión y que permanece efectivamente libre de habitantes humanos, aunque la vida silvestre realmente prospera en Chernobyl.
Para este estudio usaron lo que Mousseau describe como un "estándar en técnicas ecológicas", un "transecto," que supone trazar una línea física por un área determinada sobre la cual se cuenta el número de insectos y telarañas que son encontrados sobre la misma. Los investigadores portaban localizadores GPS y un dosímetro para medir los niveles de radiación, según explicó Mousseau.
"Tomamos transectos de zonas contaminadas en Chernobyl, Bielorrusia y en áreas libres de contaminación". "Lo que encontramos fue el mismo patrón en esos lugares: el número de organismos decreció mientras que se encontraba más contaminación", explicó el investigador.
Sin embargo otros investigadores han cuestionado el estudio, argumentando que la carencia de actividad humana en la zona de exclusión ha sido beneficiosa para la vida salvaje. De hecho, el doctor Sergio Gashchak, del Centro Chernobyl, en Ucrania, afirma que el estudio ha llegado a "conclusiones que contradicen" los mismos datos que el equipo recolectó sobre las aves. "La vida silvestre realmente prospera en Chernobyl, debido a la poca influencia de los humanos en la zona", afirma. "Toda la vida apareció y se desarrolló bajo la influencia de la radiación, así es que los mecanismos de resistencia y recuperación evolucionaron para sobrevivir en esas condiciones", agrega el experto. "Después del accidente, el impacto de la radiación superó la capacidad de los organismos, pero 10 años después del accidente, esos registros cayeron de 100 a 1.000 veces", concluye.