La reforma laboral, 20 días por años trabajado o el despido más libre
Rafael del Barco Carreras
Decía el día 26 que todo conduce a pensar que alguna mente perversa se inventó un guión, LA CRISIS, para poner en vereda el desmadre español… que lo pagarán los que para su desgracia y honradez no metieron la mano en la caja o caixa.
No existen ni frases ni sesudas definiciones que aporten luz en el marasmo español. Que el Gobierno recorte sueldos y prestaciones, presionado por los acreedores europeos, tiene lógica, y si esos recortes cuadraran las cuentas públicas no merecerían ni críticas ni comentarios. Pero insisto, la magnitud de las cifras de los desfases presupuestarios públicos, ayuntamientos, comunidades autónomas y Estado, más la deuda pública y exterior debido en su mayor parte a la Burbuja o Fraude Inmobiliario, que se ha tragado no menos del 50% del ahorro nacional, no parece que se enderece con unas cataplasmas que como la Ley aprobada desmantela una gran parte del llamado Estado del Bienestar ¡otra sandez oficialista!
En realidad el práctico “cierre patronal” cuando la empresa entraba en pérdidas y falta de liquidez (tan clásico los septiembres) ya significaba un despido libre con coste a cargo de las cuentas públicas, a las que esta Ley aliviará. Ahora a la situación generalizada entre la pequeña y mediana empresa se añadirán las grandes, para quienes demostrar pérdidas es tan fácil como publicar beneficios, simples arreglos contables, retoques en las valoraciones del activo, o las compraventas más ficticias que reales de los grupos financieros.
Se echa en falta un añadido regulando esos contratos blindados en el entramado empresarial “paraoficial” donde se dan despidos (rescisión de contrato) de cientos de miles de euros. A la suerte de que algún “amigo, compañero de Partido, o familiar” te contrate, con sueldo más allá de cualquier convenio colectivo, se añade la del despido, siempre pactado. Los hay de millones de euros ¡en cajas de ahorros y sus empresas! Y sin comentario a las “pensiones” de los banqueros.
Para quien en sus inicios, por los 60, entrara por primera vez en el edificio de los Sindicatos Verticales en Vía Layetana de Barcelona, por enlace ( enlaces sindicales elegidos por el personal) del Banco Comercial Transatlántico, a por algunas reclamaciones que ni recuerdo, y posteriormente lo hiciera como pequeño empresario, la situación, la normativa, la práctica, y la indefensión del obrero o empleado actual no parece muy diferente a entonces, y aunque me tacharán de franquista, faxista, y demás sandeces de moda, diría que peor… y a mucho peor.
La tuerca parece que resiste… aunque una vez pasada de vueltas ya no tiene solución.