“No hay cosa más perjudicial en la República que un necio con opinión de sabio, mayormente si tiene algún mando y gobierno” (J.Huarte de San Juan)
Miguel Massanet. Es obvio que la señora Fernández Kirchner no es la gobernanta que, en estos momentos, precisa Argentina, la más adecuada y apta para solucionar los múltiples frentes, la mayoría de ellos adversos, en los que está metida la nación sudamericana; especialmente el económico. Una nación que se niega a aceptar las normas internacionales que garantizan los derechos de aquellos que hacen sus inversiones en ella; una que no paga las deudas contraídas con otras naciones o que se niega a hacer frente a sus compromisos de deuda o piensa escabullirse de hacerlo pidiendo quitas absurdas, en algunos casos del 70% del importe de las deudas no es, en modo alguno, un gobierno serio, responsable, fiable y que merezca pertenecer a ningún organismo internacional que se precie de aceptar las leyes internacionales sin las cuales el comercio entre naciones sería imposible.
Ya conocemos, los españoles, la forma expeditiva, ilegal, despótica y basada en el incumplimiento de los compromisos adquiridos, de la que se vale la señora Kirchner para contentar, con palabras demagógicas y el empleo de la fuerza, a sus votantes peronistas, olvidándose de las normas más elementales de correspondencia y lealtad con aquellos que confiaron en el gobierno argentino, pensando en su responsabilidad y su seriedad, para invertir en Argentina su dinero, crear nuevas empresas, ofrecer al pueblo servicios públicos y aportar riqueza a lugares en los que anteriormente no existía, aparte de proporcionar trabajo a muchos ciudadanos oriundos de la tierra. Los españoles recordamos el trato vejatorio que se le dio a REPSOL cuando, en uno de los prontos de la señora Presidenta; necesitada seguramente de algún señuelo con el que desviar la atención de los argentinos de los problemas internos que afectan a su país; decidió utilizar el procedimiento de expropiación, alegando causas de “utilidad pública” para encubrir un expolio de YPF, la filial de aquella sociedad petrolera española.
Curiosamente, no expropio al resto de participadas en dicha sociedad y, como no, tuvo mucho cuidado de intentarlo con la participación del señor Petersen ( un 25’46% del total) que, al parecer la adquirió gratuitamente (la familia Eskenazi pagaría el coste de la participación con lo que fueran ganando en el futuro con la sociedad); lo que vino a demostrar la magnitud de aquella injusticia, claramente orientada a perjudicar a REPSOL; como quedó demostrado a la hora de fijar el justiprecio que para Axel Kicillof, subinterventor en YPF, se limitaría a “depositar un peso”, cuando, para el señor Brufau de REPSOL, el valor del 51% de las acciones ascendería a 10.500 millones de dólares. El asunto está en manos de la Justicia Internacional.
Pero, este modelo de feminista que tanto nos recuerda a algunas de sus correligionarias que parten el bacalao en nuestra nación, no ha resultado ser un buen ejemplo de gobernanta eficaz, instruida, capacitada, prudente y buena conductora del país, como sería de esperar; antes al contrario, desde que esta señora está al frente de la nación los problemas se le vienen amontonando y, cada día que pasa, parece que la situación económica de un país tan rico en productos naturales, tan potente en producción agrícola, ganadera, eléctrica, petrolera etc. y, sin embargo, a pesar de tantos años de Peronismo, capaz de mantener un alto índice de pobreza achacable, sin duda, a que quienes lo gobiernan no están capacitados para explotar tanta riqueza; acaso más preocupados por asegurarse su propio futuro.
Ahora, el gobierno argentino, vuelve a amenazar con suspender pagos, la segunda vez en doce años, y, como en anteriores ocasiones, la conflictiva señora Fernández Kirchner no parece dispuesta a someterse a los dictados de los tribunales para pagar, antes bien, ya viene anunciando que sólo pagará si se le hace una quita a la deuda pendiente de nada menos que ¡un 70%! No hay duda que, el saltarse a la torera las obligaciones contraídas y el despreciar el imperio de la ley, es una forma muy rentable de gobernar si no fuera, y aquí la Presidenta de Argentina va a acabar por tener que claudicar, se le vuelvan a aplicar, como ocurrió hace doce años, las medidas restrictivas de ayudas internacionales. Es lógico que no se pueda intentar chantajear a los acreedores, amenazándoles con no pagarles un centavo para que acepten quitas que significan, prácticamente, renunciar a un 70% o un 90% de la cantidad adeudada.
Los argumentos de Argentina son alucinantes. Según sus abogados “obligar a Argentina a pagar el 100% de lo demandado afectaría su soberanía, su economía y futuros procesos de canjes de deudas de otros países, dado que incentivaría los rechazos de las propuestas de quitas y fomentaría la opción de litigar” Es decir, que si pagaban lo que debían a los demandantes, el resto de acreedores también querrían recibir la totalidad de lo que se les debía ¿ Es que, esta aspiración, le resulta extraña a la señora Kirchner?, ¿en qué clase de país se puede pretender que los créditos que pide no sean devueltos con intereses, sino que, el acreedor deba renunciar a cobrarlos o conformarse con percibir sólo una parte de ellos? Al parecer, los fondos que reclaman cobrar lo que se les debe para la señora Kirchner son “fondos buitres”, sólo porque intentan recuperar lo que se les debe y la compensación por el retraso en cobrarlos.
Y es que, como suele ocurrir en estas dictaduras de hecho, como es el caso de la Argentina, el desprecio por los tratados, las leyes internacionales, el cumplimiento de los compromisos adquiridos, el estado de Derecho y los demás instrumentos legales que permiten el libre comercio entre naciones y la garantía jurídica de que serán respetados los derechos de los extranjeros que abran sus negocios en el país; acaban por dejarlos aislados sin posibilidad de recibir financiación externa y obligados a prestar garantías extras para recibir productos de países extranjeros.
El famoso “corralito” también ha venido produciendo nefastos efectos en la venta de viviendas en Argentina. Se calcula que la venta de inmuebles ha bajado a niveles de hace 15 años, es decir, ha sufrido una caída del 27% respecto al 2011 Hoy, el nuevo “corralito del dólar” en Argentina, que complica la salida a muchos ciudadanos, ha contribuido a paralizar el mercado inmobiliario. La caída de ventas en el 2012 significó una bajada del monto nominal en pesos del 21’2% con respeto a la facturación del año anterior. Otro de los errores del intervencionismo llevado a cabo por el gobierno de la señora Kirchner, con intenciones de atesoramiento. Lo de siempre, a más restricciones y obstáculos administrativos menos venta y más reducción de la demanda.
Los informes que se reciben de Efe ya anuncian que “las cosas no pintan bien para Argentina” en su pleito contra los fondos que la demandaron. Y es evidente que ir ante la Justicia para decir que, en el caso de que les falle en contra, no pagarán, no es, en absoluto, una estrategia muy adecuada para presentarla ante los tribunales, aunque sean americanos. Lo siento por el pueblo argentino pero ya es hora que estos “salvadores del pueblo sudamericano, reciban una dosis de sensatez. O así es, señores, como veo este órdago a la Ley de Argentina y su señora Kirchner.