Miguel Massanet Bosch. El Gobern se subleva. ¿Y ahora qué, señor Rajoy?Por fin se ha producido todo aquello que ya veníamos anunciando que sucedería en Catalunya si el Gobierno central no tomaba cartas en el asunto; no ponía límites a las irregularidades que, en la autonomía catalana, se han venido produciendo desde que el señor Mas decidió liarse la manta a la cabeza y anunciar el famoso referéndum para que, el pueblo catalán, pudiera decidir (prescindiendo del resto de España) si Catalunya se separaba de la nación española o prefería permanecer en ella.

Los mojigatos del actual Gobierno que, asustados por el desafío del Gobern de la Generalitad, pensaron que conseguirían “aplacar la fiera separatista” acudiendo al diálogo, a las concesiones, a las negociaciones bajo cuerda y a darle tiempo al tiempo;  esperando, equivocadamente, que haciéndose el loco y mirando hacia otro lado, la solución se lograría mediante una financiación especial, un acuerdo fiscal ad hoc que situase a Catalunya, como una autonomía privilegiada, por encima de las restantes; aunque ello supusiera transigir en que el castellano fuera desterrado del territorio catalán; que la enseñanza se realizara íntegramente en dicho idioma; que las sentencias de los tribunales españoles se dejaran de cumplir,  mientras el castellano era masacrado en todas las escuelas públicas catalanas. Como se ve, todo ello ha fracasado y los nacionalistas siguen insistiendo en sus propósitos secesionistas.

Y los españoles que vivimos en Catalunya; que hemos venido insistiendo, machaconamente, en que el gobierno de Madrid se equivocaba; que el señor Rajoy ha utilizado una táctica de apaciguamiento desacertada, que solo iba a lograr que los separatistas se fueran envalentonando; que siguieran utilizando su propaganda demagógica y espuria, para conseguir captar adeptos para su proyecto catalanista y que, las sucesivas generaciones que, desde el advenimiento de la mal llamada “democracia española” han sido instruidas dentro de un ambiente de odio a España, de victimismo, de sentimiento de frustración por sentirse “explotados por el resto de los españoles” y por estar convencidos de que, el resto de autonomías subsistían gracias a los impuestos pagados por Catalunya, que iban a parar a ellas; algo que, para los catalanes, no era “solidaridad” sino un “robo” a su propia comunidad; se hayan convertido en la gran reserva ideológica, como sucede en el País Vasco, del separatismo exclusivo.

Estos españoles que, cada vez nos sentimos más extranjeros en tierra española, que vemos que la batalla se vuelve, cada día que pasa, más adversa a los intereses de los que vivimos en tierras catalanas y nos sentimos hermanados con el resto de España; somos los que queremos recibir explicaciones de nuestros gobernantes; de aquellos que, en su programa electoral, nos prometieron poner en su lugar a los separatistas; garantizar que le lengua española sería respetada en  todas las autonomías, junto a los idiomas locales y que, cualquier hijo de español, podría recibir enseñanza en castellano en las escuelas públicas en cualquier lugar del territorio español.

El señor Rajoy debe de empezar a dar cuenta a la nación y a todos aquellos que lo votamos, de cómo va a reaccionar ante el desafío que, el señor Mas y su compinche, señor Juncadellas, jaleados por el señor Oms y toda esta serie de fanáticos nacionalistas, que no han tenido empacho en inventarse una nueva Historia de Catalunya, en la que los buenos eran los  “catalanes sojuzgados y explotados por España” y los malos, los “enemigos”, concretamente los españoles gracias a los cuales sus fábricas han podido trabajar, sus bancos enriquecerse; sus infraestructuras han sido construidas y su economía ha prosperado para que los industriales, tenderos, comerciantes y empresarios catalanes pudieran hacerse ricos.. La gran burguesía catalana, las grandes fortunas que ahora se han constituido en defensores del separatismo, como los Godó de La Vanguardia, los plutócratas que no han dudado en aprovecharse de todos los ciudadanos del resto de autonomías para labrar verdaderos imperios industriales y, en combinación con los Sindicatos, haber instaurado un verdadero lobby con el que ahora pretenden constituirse en los nuevos administradores de un territorio en el que se las prometen muy felices sin tener en cuenta que, al final, la última palabra la va a tener la ERC del señor Junqueras con el resto de comunistas y verdes.

Señor Rajoy, le pedimos que conteste a estas cuestiones:
-¿Va usted a dejar de hablar de diálogo, de buen entendimiento entre españoles y demás tonterías semejantes; para plantar cara, con la Constitución en la mano, a esta amenaza de secesionismo propuesta por el Gobern catalán, al proclamar que, el 9 de noviembre del 2014 van a someter al pueblo catalán a una consulta para contestar a las siguientes cuestiones:¿Quiere que Cataluña sea un Estado? y ¿Quiere que sea independiente?
-¿Va a consentir, sin intervenir, que se siga hablando de consulta “democrática” para decidir el futuro de Catalunya, sin advertir de las consecuencias penales que ello podría acarrear para los promotores de tal desafío a la nación española?
-¿Ante tal anuncio va a seguir el Gobierno financiando a la autonomía catalana, pagando sus deudas, ayudándola con el FLA y demás ayudas que siguen solicitando, seguramente, para seguir financiando la propaganda separatista?
- ¿Seguirán ustedes negociando por “los bajines” con representantes de la Generalitat, sabiendo que ya no pueden hacer marcha atrás en su intento independentista?
- ¿Esperará a que el tema se vaya calentando más, antes de tomar las medidas que le ofrece el artículo 155 de la Constitución?
Señor Rubalcaba:
- ¿Ante la situación de desafío plantada por el Gobern catalán, va usted a seguir en su empeño de minar el gobierno de derechas o antepondrá a ello la defensa de la Constitución y la unidad de España? Para muchos de su propio partido empieza a resultar incomprensible esta actitud suicida de convertirse en defensor de separatistas y corruptos; pretendiendo ocupar espacios propios del PC y otras formaciones extremistas.
SM Juan Carlos I:
- ¿Para cuándo una declaración de la Zarzuela sobre la imposibilidad de que España sea rota; por la defensa de la unidad del país y un recuerdo a aquellos que pretenden conseguir la partición de la nación de que el Jefe del Estado tiene poderes para exigir que alguien se ocupe de defender la Constitución, aunque ello suponga tomar las medidas pertinentes para que el orden sea restaurado; las amenazas contenidas y los culpables de todo ello puestos a disposición de la Justicia para que determine el castigo que se les debe imponer.
El desafío de hoy no tiene paliativos y es lo suficientemente explícito como para que, la fiscalía del Estado, pueda incoar un expediente por incitación al delito, traición a la patria e intento de destruir la unidad del Estado, defendida precisamente en el Art. 2 de la Constitución española de 1.978. Muchos pensamos que se está llegando, en esta materia, a una situación insostenible que el Gobierno tiene obligación de tomarse en serio y llevar a cabo las medidas oportunas para impedir que, el Estado de Derecho, sea vulnerado por quienes pretenden volver a lleva a España a los tiempos del señor Companys. O así es, señores, como contemplo consternado esta amenaza a España y a los españoles.