LA TRANSFIGURACIÓN SEGÚN SOR MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA
Sor María de Jesús de Ágreda en La Mística Ciudad de Dios-una biografía espiritual de Nuestra Señora; obra maestra del siglo XVII, cumbre del Barroco Católico y Español, nos ha dejado un testimonio singular de la presencia de Nuestra Señora en el misterio luminoso de la Transfiguración.
Ella sitúa el monte Tabor, en medio de Galilea, a dos leguas de Nazaret, hacia Oriente. Reconoce que los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas nada dicen a favor o en contra de la presencia de María Santísima en la Transfiguración, pero llega a afirmar, que le fue dada la inteligencia para escribir esta Historia: la divina Señora, al mismo tiempo que algunos Ángeles, fueron a traer las almas de San Moisés y San Elías de donde estaban y llevadas por manos de sus Santos Ángeles al monte Tabor, para que viesen transfigurado a su Hijo Santisimo, como sin duda ella lo vio; y aunque no fue necesario confirmar en la fe a la Madre Santisima como a los tres apóstoles: Pedro, Santiago y Juan, porque en ella la Fe estaba confirmada e invencible , pero tuvo el Señor muchos fines en esta maravilla de la Transfiguración; y en su Madre Santísima había otras razones particulares para no celebrar Cristo Nuestro Redentor, tan gran misterio, sin su Presencia, Y lo que era en los apóstoles gracia, en la Reina y Madre era como debido por Compañera y Coadjutora de la obra de la Redención, lo había de ser hasta la Cruz, y convenía confortala con este favor para los tormentos que su alma Santísima había de padecer y que habiendo de quedar por Maestra de la Santa Iglesia, fuese testigo de este misterio y no le ocultase su Hijo Santisimo, lo que tan fácilmente le podía manifestar, pues le hacia patentes todas las operacionnes de su alma Santísima y no era el amor del Hijo para la Divina Madre de condición que le negase este favor, cuando ninguno dejó de hacer con ella de los que manifestaban amarla con tiernísimo afecto. Por estas y otras razones, que no es necesario referir ahora, se me ha dado a entender que María Santisima asistió a la Transfiguración de su Hijo santísimo y Redentor nuestro.
Sorprende esta vivencia de la Transfiguración por Sor Maria de Jesús de Agreda, tan acorde con lo que siglos después ha enseñando en el Concilio Vaticano II.
Fidel García Martínez Doctor Filología Ramánica Catedrático Lengua Literatura