José de la Torre. Ahora resulta que José María Aznar tiene nostalgia de cuando presidia el gobierno. Parece que se olvida de que fue despedido hasta por sus propios correligionarios, que nunca entendieron su empeño en apoyar la guerra de Irak. Cuando ya han reconocido sus errores Bush y Blair, don José sigue empeñado en que las cosas se hicieron muy bien, y que sí señor, que no se baja del burro. Pues nada hombre, para usted la perra gorda, que no vamos a perder ni un segundo para aclararle lo que ya le han dicho sus poderosos amigos de aquellos tiempos. Mientras tanto, en Irak siguen muriendo diariamente miles de personas, y, ahora que se van los americanos, la guerra civil será inevitable.
Usted tiene que hacer como don Felipe, que cuando dejó el gobierno se retiró por el foro y hasta hoy. Es cierto que de vez en cuando sale en los medios para hacer pública su discrepancia con Rodriguez. Le pone de tonto solemne y hasta la siguiente.
Pero lo más importante es que en política, el que se baja del escenario, lo hace para siempre. Hay muchos que no le dejarán subir de nuevo, sobre todo cuando usted llegó al poder porque se le ocurrió a Fraga, sin razón alguna que lo avalara. En lugar de usted pudo ser cualquier otro. Su llegada fue dictatorial; el ordeno y mando del jefe. Ahora no habrá nadie que le señale con el dedo para que se aupe en el partido, y eso lo sabe usted.