Fidel García Martínez.
Aprovechando el impacto mediático del reabierto caso de Madeleine, la niña inglesa secuestrada y asesinada, según la Fiscalía alemana, por un terrorífico pedófilo Christian B.; Pablo Iglesias, como responsable de la Agencia Social, dependiente del Vicepresidente del gobierno social-comunista ha presentado, un conjunto de medidas para atacar de fondo, según él, la violencia física y sexual contra la infancia y adolescencia: la conocida como LEY RHODES, este título está en relación con la infancia del pianista inglés del mismo apellido que dejó escrito un testimonio estremecedor de su terrible infancia atormentada por la violencia sexual de un profesor. Cualquiera que haya leído el testimonio de este genial pianista habrá quedado horrorizado ante tanta brutalidad.
La propuesta legal de Pablo Iglesias trata de disposiciones legales contra los delitos más graves que no prescriban hasta se hayan cumplido 30 años. Quiere ser esta ley un frente contra la violencia hacia la infancia y la adolescencia basado en medidas: se introduce en la legislación la figura del coordinador de bienestar de la protección en todos los centros escolares, estableciendo protocolos de actuación contra el acoso escolar, ciber-acoso, acoso sexual, violencia de género, suicidio y autolesiones. Se formarán unidades especiales de fuerzas de seguridad para luchar en la protección de la infancia y adolescencia. Incluso se llega más lejos con medidas innecesarias para dar formación pertinente a jueces y fiscales con planes específicos para la protección de la infancia y adolescencia de toda clase de violencia. Se confeccionará un registro específico de protección de violencia contra la infancia. La finalidad de esta ley es garantizar a la infancia y adolescencia un crecimiento libre de todo tipo de violencia.
La ley Rhodes no tiene en cuenta algunos aspectos importantes como son: la violencia infantil tiene lugar, muchas veces, dentro del entorno familiar y vecinal, su principal foco: otras circunstancias, que es necesario tener en cuenta, son las denuncias falsas por abusos sexuales contra personas inocentes como ha sido el caso de algunos clérigos, como las falsas acusaciones contra del cardenal australiano, Goerge Pell, que durante meses ha estado preso siendo completamente inocente, y a quien el tribunal supremo australiano ha absuelto, mientras ha condenado a los que lo calumniaron sin prueba entre ellos algunos medios de comunicación. También otros clérigos han sido víctimas por chantajes monetarios, como fue el caso del Obispo asturiano de Astorga, Juan Antonio Menéndez quien falleció hace un año, abrumado por su responsabilidad en aclarar algunos casos de abusos. Y hablando de la Iglesia Católica vilmente vilipendiada de forma global, por campañas difamatorias programadas por organismo internacionales, ha sido el Papa Francisco el gran luchador, sin contemplaciones y con rigor totall contra los casos pederastia en la Iglesia (muchos menos casos de los que cierto prensa con tics de fobia anticatólica ha denunciado) y en la Sociedad como se pudo comprobar en el pasado Sínodo de los Obispos celebrado en Roma contra los abuso de menores. Allí se analizó con gran profundidad no sólo las causas de la pederastia, sino su efectos, y las medidas para erradicarlas dando soluciones integrales a las víctimas y castigos severos a los delincuentes. Más aún la Iglesia ha legislado que los casos de abusos comprobados y testificados fuesen juzgados y condenados no sólo con duras sanciones canónicas, sino también con penas de los códigos penales de cada país.