Paula Gordon Gimeno. Según la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la brecha entre ricos y pobres ha aumentado en nuestro país durante el último año, y lo ha hecho en mayor medida que en el resto de países europeos.

En los últimos años de crisis, los ingresos de los más ricos en éste país han caído una media del 1% anual, mientras que los de las clases más desfavorecidas lo hizo un 14%.

El porcentaje de la población pobre española ha alcanzado el 15,4%. La pobreza ha afectado especialmente a los jóvenes comprendidos entre los 18 y 25 años.

Las razones aducidas por el informe de la OCDE para este deterioro económico de los trabajadores es, por supuesto, la crisis económica que sufre España y que ha llevado a un porcentaje de desempleo altísimo y sin precedentes y a la ausencia de medias de protección social adecuadas. Según el informe, nuestro país carece de las prestaciones asistenciales adecuadas para paliar las carencias de los parados de larga duración y de las familias de los trabajadores pobres.

El OCDE sugiere a nuestro país tomar ciertas medidas para corregir esta brecha entre ricos y pobres; entre ellas estaría la implantación de un “contrato único” que aunara flexibilidad y garantías mínimas de seguridad para el trabajador. También aboga por crear una “red de seguridad” que impida la marginación permanente de ciertos colectivos de población, en cuanto a trabajo, sanidad y sistemas de protección social. Y por último, la creación de prestaciones asistenciales adecuadas para parados de larga duración y para las familias de trabajadores pobres.