Las elecciones generales en Polonia han revalidado la victoria del partido del gobierno
José Luis Orella. Las elecciones generales en Polonia han revalidado la victoria del partido del gobierno Platforma Obywatelska PO, aunque resulte pírrica, ya que tendrá que gobernar en coalición, y necesitará contar con aliados para seguir su proyecto de reformas, indicadas por la UE. Con un 39,19 % de votos y 206 diputados, es la primera fuerza, aunque haya dilapidado casi un 20% de apoyos. El factor positivo es haber conseguido gobernar con tranquilidad, el apoyo de los principales medios de prensa, y de Alemania y Rusia, que determinan su política energética. Sin embargo, su política económica liberal ha sido un desastre, no han invertido en infraestructuras, han reconvertido la vieja industria y la corrupción se ha generalizado. El único aspecto es la construcción de estadios de fútbol para el Europeo, que con la ayuda de fondos europeos ha conseguido mantener a Polonia en números negros. A nivel moral, PO juega según circunstancias, ya que dispone de diputados católicos o proabortistas según el movimiento de encuestas.
Con respecto al Prawo i Sprawiedliwość PiS, de Jarosław Kaczyński, el 29,88% que finalmente puede repasar el 30%, como estuvo toda la noche electoral, ha mantenido un resultado alto, después de la pérdida de parte de su directiva en el accidente de Smolensk, donde casi un centenar de cargos, principalmente del PiS murieron trágicamente, entre ellos el hermano gemelo de Jaroslaw. Sus 157 diputados es un incremento de su fuerza, pero representativa de la Polonia pobre, la Polonia que ha perdido en la transición. La hegemonía del PiS se encuentra en su parte oriental, la más rural y subdesarrollada. El PiS como formación socialcristiana y heredera de Solidaridad, promueve un programa económico social muy crítico con las medidas ultraliberales del gobierno. El mundo rural, los pensionistas abandonados a su suerte y una juventud desencantada con un gobierno que fomenta su emigración en vez de darles soluciones, forman el ejército de la oposición. Una oposición férrea que espera su momento cuando Polonia entre en crisis con la suspensión de ayuda de fondos europeos. A nivel moral, son la formación que capitaliza el apoyo provida, y tiene como único apoyo mediático a Radio Maria, que le canaliza un numeroso apoyo de radioyentes, pero en su mayor parte mayores de sesenta años.
En tercer lugar ha quedado la lista sorpresa de Janusz Palikot, quien con un 10% y 40 diputados puede ser el nuevo aliado del gobierno. Palikot fue diputado de la mayoría gubernamental, pero el poco eco de su agresivo laicismo, le movió a escindirse y formar una lista donde prima su anticatolicismo en lo moral, y el ultraliberalismo en lo económico. Su éxito le ha convertido en el instrumento perfecto de medidas como la ampliación del aborto, el matrimonio homosexual o la eutanasia. Ante la imposibilidad de que los antiguos comunistas puedan alguna vez conformar una mayoría gubernamental, el éxito liberal radical de Palikot, le permite forzar a PO a admitir las medidas que la UE lleva tiempo esperando introducir en Polonia para su necesaria europeización. Para Palikot, lo peor que le pudo ocurrir a Polonia es haber sido la patria de Juan Pablo II.
A poca distancia se encuentra el PSL con un 8,36% y 30 diputados, formación que formaba parte del gobierno del PO. El PSL es el partido campesino, una agrupación histórica que por su coherencia con el catolicismo ha ido aumentando su voto. En estas elecciones la LPR (Liga de las Familias Polacas) pidió el voto para su formación. Es la otra alternativa a Palikot para la formación de gobierno, pero en lo moral tiende a unirse al PiS. Por su parte el SLD con un 8,25% y 26 diputados, es lo que resta de la izquierda comunista, mutada en socialdemocracia, pero que con la lista Palikot ha visto fugarse a parte de su generación más joven. El SLD tiene a Rodríguez Zapatero como uno de sus modelos europeos.
A nivel extraparlamentario, ha quedado la reciente formación Polska Jest Najważniejsza PJN, con un 2,19 %, insuficiente para entra en el Sejm (parlamento), surgido de la confluencia del sector moderado del PiS y de un sector católico del PO, y que pretendía ser una formación bisagra que ayudase a la gobernabilidad de Polonia. En esa lista se sitúa el monárquico Komitet Nowa Prawica Janusza Korwin-Mikkego, con un 1,06 %; Mniejszość Niemiecka con el 0,2 %; Polska Partia Pracy Sierpień '80, con el 0,55 %; el Komitet Wyborczy Prawica, con un 0,25 %; y el Nasz Dom - Polska Samoobrona Andrzeja Leppera, con un 0, 07 %. De todos ellos, solo el Mniejszość Niemiecka tiene un escaño a causa de representar a la minoría alemana de Silesia.
En definitiva PO y PiS consolidan un fuerte bipartidismo, pero cuya gobernabilidad estará marcada por la alianza con cualquiera de los pequeños representados: campesino, Palikoy o postcomunistas.