Las Juventudes Socialistas dan el “espaldarazo” a la Ley Wert
“Hay detractores tan espontáneos y tan acostumbrados a la maledicencia, que prefieren hablar mal de sí mismos antes que dejar de maldecir a alguien”. Pierre Benoit
Miguel Massanet Bosch. Es cierto que, en ocasiones, el maldecirse a sí mismos, como dice el literato Pîerre Benoit puede consistir en lo que, comúnmente, se entiende como “echarse tierra sobre su propia cabeza” o, como ha sucedido con estos muchachos de las Juventudes Socialistas de Zamora que, en su repudio hacia la nueva ley de Enseñanza que promueve el ministro Wert, han querido “echar tanta carne en el asador” que se han achicharrado ellos mismos en el intento. Y es que, señores, estos jóvenes socialistas paradigma de lo que han representado para nuestra juventud los modelos de enseñanza paridos por los gobiernos socialistas; estos hijos predilectos de la LOGSE, no han tenido otra ocurrencia que asomarse a las redes sociales para dedicarle unas palabras de rechazo y repulsa a la, para ellos, “reaccionaria” ley de Educación, gestada por el ministro de Cultura y Educación, señor Wert.
Esto no desentonaría de lo que se ha convertido en una de las grandes campañas de ninguneo y acoso al gobierno del señor Rajoy, orquestada desde la izquierda, la extrema y la moderada (convertida, por arte de Rubalcaba, en extrema) y, como no, por los partidos nacionalistas vasco y catalán, que ven en ella una amenaza para su inmersión lingüística y un peligro para la “inmersión” de las juventudes catalana y vasca en la particular Historia que se enseña en ellas, en la que tanto Sabino Arana como Maciá, aparecen como verdaderos profetas de lo que deberán ser los futuros países independientes de Catalunya y el País Vasco. El resto de los acontecimientos históricos que precedieron a estos dos iluminados parece que no tienen importancia y que deben desecharse para no entorpecer el adoctrinamiento o lavado de cerebros, al estilo de las “Napolas” nazis, de las nuevas generaciones, con el objetivo claro de crear la simiente para imbuir en la mente de los catalanes y vascos la idea de que son las cenicientas de España, que el Estado les roba y que es preciso rebelarse contra el “opresor” español para lograr la libertad y la prosperidad de ambas regiones.
Por desgracia ni los socialistas, por cuestiones de conveniencia política, ni los populares por miedo a las consecuencias de una actitud firme ante el separatismo, fueron capaces de poner remedio a tiempo; de cortar de cuajo cualquier intento de imponer como idioma único el vascuence o el catalán, con lo que se hubiera evitado que, hoy en día, la situación se haya enrarecido tanto que, por mucho que, en Madrid, aquellos que no conocen bien la idiosincrasia de los pueblos vasco y catalán, se crean que lo del independentismo sólo es cosa de unos pocos. La realidad es que, una parte importante de la población de ambas autonomías, está de parte del separatismo. En todo caso esto ya no tiene remedio y, por desgracia, el parar esta tendencia ya no será cuestión de la diplomacia del Gobierno, sino de la energía, los medios y la medidas extremas que quiera emplear para restituir a nuestro país a la situación previa al error de haber cedido una y otra vez a los chantajes de los gobiernos autonómicos, entregando competencias que, en ningún modo, debieran de haber salido del Estado central. Ya no hablemos de los Estatutos que han concedido a autonomías, como la catalana, tantos derechos que, en algunos casos, equivalen o superan a los del Gobierno central.
Pero volvamos al tema del que nos ocupábamos al principio. Estos socialistas de Zamora; estas Juventudes Socialistas de las que, con toda seguridad, el fallecido señor Santiago Carrillo jefe, en el 1934, de las antiguas Juventudes Socialistas, se avergonzaría de que pertenecieran a su partido; para contribuir a desacreditar la Ley Wert han redactado un tuit en la red social Twitter del siguiente tenor: “Por desgracia Wert va ha hacer oídos sordos a la comunidad educativa, aprovando una ley inviable y retrocesora” Si, señores, tal y como está escrito, aunque los dedos se negaban a cometer semejante desaguisado ortográfico, es como estos “angelitos” zamoranos han demostrado, sobradamente, más que cualquier otra argumentación política, social o educativa a favor de la Ley del ministro, la necesidad de que, de una vez para siempre, se de un vuelco de 180ª al sistema de enseñanza español, de modo que la zafiedad, el abandono escolar, el fracaso escolar, la indisciplina en las aulas y el pasar de curso con 4 suspensos, dejen de ser una de las lacras que más dañan a esta España del Siglo XXI.
Confundir que, la preposición “a” más un infinitivo (construcción calcada de la francesa) que funcionan como complemento, con el verbo auxiliar “haber” hace rechinar las potencias; lo mismo que escribir “aprobando” con “v” y ya no hablemos de usar el palabro “retrocesora”, una expresión que no sabemos si se refiere a que, esta nueva Ley se retrae a otra anterior, que no se menciona y de la que, como no sea la LOGSE, no sabemos a cual atribuir o bien quieren indicar, con ello, que priva de derechos que concedía la anterior legislación. Queda claro que, como nos demuestran estos muchachos (que debieron pasar de curso con 4 cates como menos), lo que hace falta es un cambio radical del sistema de enseñanza que impida que, de hoy en adelante, haya que ponerles orejas de burro y enviarlos al rincón, con un mazo de libros en cada brazo extendido, a unos analfabetos funcionales como los que han tenido la osadía de publicar semejante panfleto.
No comprendemos, salvo en el caso de los separatistas que rehúsan aplicar la ley porque va en contra de sus aspiraciones independentistas, que pueda existir, en España, una sola persona que sea capaz de defender un sistema educativo, como el actual, en el que sólo se prima la mediocridad; el abandona escolar ( un 30%); el fracaso escolar ( un 25%), la indisciplina en las aulas; la Enseñanza para la Ciudadanía (un panfleto doctrinario de ideas libertarias, relativismo y prejuicios anticlericales). ¿No será que quienes defienden el actual sistema quieran que se trate igual a los inteligentes, estudiosos, que se esfuerzan en los estudios y que sacan rendimiento de ellos; con aquellos, sean de la condición que fueren, que quieren pasar de curso sin estudiar, conseguir títulos sin esfuerzo y ser considerados como iguales a aquellos se han ganado a pulso su licenciatura?
Si los que no sirven para estudiar; aquellos que no quieren esforzarse y los que prefieren otro tipo de salidas, que no precisan de tanto esfuerzo intelectual, dejaran paso a los que, insisto de nuevo, cualquiera que sea su posición social, quieren verdaderamente sacarse una carrera, el dinero que el Estado malgasta en intentar hacer estudiar a aquellos que abandonan o fracasan en sus estudios, podría destinarse a dar más becas para aquellos que, de verdad, las fueran a aprovechar. El convertir en una cuestión política; en un motivo para echarse los trastos a la cabeza los distintos partidos políticos y en un reducto fortificado para profesores o catedráticos universitarios, que ven peligrar sus privilegios o prefieren que una ley, promovida por la derecha, no consiga aplicarse a pesar de la evidentes ventajas que se dan en ella; no sirve sino para hacerles un flaco servicio a España, a los españoles y, en especial, a los propios estudiantes que serían los primeros en sacar ventaja de que en España el sistema educativo se pudiera equiparar al del resto de Europa. O esto es, señores, lo que a mí me parece.