Las ministras de Igualdad y sanidad: Habrían estado mejor calladas
Nieves Jimenez. Las Ministras de Igualdad y Sanidad no asumen que la Iglesia tiene el deber de expresar libremente su opinión acerca de todos aquellos temas que afecten a la sociedad en general y a los católicos. Por eso se cogen de la mano para decir que “en España se legisla en el Parlamento y en ningún caso desde los púlpitos” e intentan desviar las declaraciones de monseñor Martínez Camino como sí lo que éste ha dicho fuera opinión suya. Ignoran o quieren ignorarlo, que el portavoz de la Conferencia Episcopal Española no intenta legislar, lo que ha hecho es advertir a lo que se compromete un católico coherente. Así que no salga la señora Aído diciendo que la futura norma del aborto es “equilibrada” y “responsable” y servirá para que “las mujeres no sean penalizadas por tomar la decisión de abortar”.
¿Cuándo ha sido “equilibrado” y “responsable” –y para eso no hace falta ser católico- matar a un ser inocente indefenso? ¿Y cuántas mujeres hay en la cárcel por haber abortado?
Y la señora Trinidad Jiménez se nota que no ha debido leer el Catecismo de la Iglesia Católica, cuando dice que “la Iglesia es mucho más de lo que representa Martínez Camino”.
Si no están preparadas para asumir sus cargos primero aprendan, al menos para no hacer el ridículo dentro y fuera de España, que somos el hazme reír del mundo. Oigan al pueblo porque en todas las encuestas que están haciendo los periódicos y televisiones por un porcentaje muy pero que muy elevado la gente no está a favor del aborto. Así que déjense de doctrinas trasnochadas y trabajen por los problemas que verdaderamente sufre el pueblo en sus carnes, como la crisis, el fracaso escolar, la violencia, las listas de espera en la Sanidad, etc. Repártanse el trabajo, que ya tienen bastante para empezar.
Dice un refrán que “Quien siembra vientos recoge tempestades”, tengan cuidado señoras.