Las técnicos descartan el atentado como causa del accidente de Perm
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Redacción Madrid. 15 de septiembre. Las autoridades rusas descartan la hipótesis de un atentado terrorista entre las causas del siniestro de un avión Boeing-737 que se estrelló en la madrugada del domingo en la ciudad rusa de Perm, en la región de los montes Urales, causando la muerte de sus 88 ocupantes.
"Según los servicio secretos, en el lugar del accidente del avión Boeing no se encontraron indicios de atentado terrorista", anunció ayer el ministro ruso de Transporte Igor Levitin, al dar las primeras estimaciones de la comisión estatal que investiga las causas del siniestro.
Levitin añadió que cuando el avión salió del aeropuerto de Moscú rumbo a Perm técnicamente estaba en orden. "Se trata de una tragedia aérea y no una crisis de la aviación civil", subrayó el ministro ruso.
De cuerdo a las informaciones preliminares, la torre de control del aeropuerto de Perm perdió el contacto por radio con el avión que, en ese momento, se encontraba a 1.800 metros de altura y comenzaba la maniobra de aterrizaje en condiciones de lluvia y poca visibilidad. Alexandr Bastrikin, jefe del comité de investigaciones de la Fiscalía de Rusia, informó que los expertos suponen que la tragedia se debió probablemente a un falló técnico, concretamente, a un incendio en una de las turbinas del Boeing.
Reportajes difundidos por la televisión rusa citaron testigos que narraron haber visto cómo el avión ardía en uno de sus extremos sobrevolando a gran velocidad sobre un barrió periférico de Perm, próximo al aeropuerto, y que segundos después se precipitó contra la tierra. El piloto logró evitar que el avión cayera sobre un bloque de edificios de viviendas, y dirigió el aparato hacia una zona industrial donde cayó sobre un tramo de la vía férrea del Transiberiano.
En el accidente del avión murieron siete niños, el general Guennadi Tróshev comandante de las tropas rusas durante la guerra en Chechenia en 2001, y 21 extranjeros ciudadanos de Ucrania, Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Letonia, Suiza y Turquía.
Según un portavoz oficial, las cajas negras del Boeing, encontradas en el lugar del siniestro, serán trasladas hoy a Moscú para ser descifradas por los expertos y que les ocupará durante un plazo de tres a cuatro semanas.
Por otra parte, el portavoz de la Fiscalía General de Rusia informó de que esa entidad abrió un expediente penal para esclarecer las causas del siniestro y que entre la versión principal figuran los fallos técnicos del aparato. El Boeing-737 siniestrado en Perm pertenecía a la compañía Aeroflot-Nord, filial regional de Aeroflot para vuelos internos.
Según el ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, el accidente en Perm es el accidente aéreo más grave en Rusia desde 2006, cuando murieron los 170 ocupantes de un avión Tu-154 de la compañía rusa Púlkovo al estrellarse cerca de la ciudad ucraniana de Donetsk.