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José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

La crisis y el empobrecimiento general nos hacen observar más que otros años las vacaciones de los políticos de España

Las vacaciones de la crisis

Pedro Sáez Martínez de Ubago. La crisis y el empobrecimiento general nos hacen observar más que otros años las vacaciones de los políticos de España. Frente a veranos anteriores, este curso nuestros mandatarios se tomarán menos días de descanso estival y, debido a las continuas reuniones que requieren la situación económica, la campaña electoral en ciernes o la visita de Benedicto XVI, lo harán de forma interrumpida y más cerca de sus puestos de trabajo. Con todo no deja de ser censurable que a un mes del final de la legislatura, aunque fuera por vergüenza, se permitan este lujo quienes, los unos por los otros, han dejado a cinco millones de españoles sin poder hacerlo por tener vacaciones forzosas. 

Por otro lado, muchos presidentes autonómicos, que acaban de jurar sus cargos y aún están cerrando sus equipos de gobierno, o elaborando los próximos presupuestos, prefieren la cercanía de las sierras o playas de sus regiones debido a las tareas pendientes o a la precampaña que pueden iniciar con su presencia en las fiestas y otros actos populares de sus regiones respectivas.

Tampoco la Familia Real es ajena a este clima de crisis y tensión. Sus días en Mallorca han sido unas vacaciones breves pero muy intensas y, en cierto modo, con un aspecto de lavado de cara con vistas a la galería. Así, frente a otros veranos, han protagonizado no pocas cenas y salidas en las que, en todo momento, han procurado mostrar la unión y la complicidad que aparentemente comparten. Así, tras celebrar por todo lo alto el final de la XXX edición de la Copa del Rey de Vela y la emoción que vivió don Juan Carlos al entregar a su amigo y armador del 'Bribón', José Cusí, el trofeo de ganador de su categoría, la familia disfrutó de una cena en Puerto Portals, la zona de veraneo en la que se dejan ver habitualmente.

Y nos han obsequiado con una foto completa de familia, en la que, junto a la Reina, los príncipes, la infanta Elena y los duques de Palma, cada uno con su prole, sólo faltaba el Rey, el principal de todos, pero que, a causa de una tendinitis, se despidió de todos sin descender de su coche. Esto no deja de ser preocupante, dados los signos de envejecimiento y decrepitud que don Juan Carlos da signos de un tiempo a esta parte.

Es presumible que, estando las cosas como están, a don Juan Carlos le preocupe que la  "derecha" se manifieste cada vez menos incondicional de una monárquica que desde su instauración ha tendido a atraerse a la "izquierda", pensando que así garantiza su continuidad; y mientras la"izquierda" se mantiene en sus trece de republicanismo, quizá hoy más que nunca desde 1976, desenterrado las revanchas y el enfrentamiento cicatrizados tras la Guerra Civil.

Aunque hoy por hoy algunos "izquierdosos" no dudan en manifestarse "juancarlistas" pero no monárquicos, en la calle, en actos públicos, actos electorales, campos de fútbol, manifestaciones, sedes políticas y sindicales… es constatable la cada vez más frecuente y mayor presencia de banderas republicanas. Algo relativamente comprensible ante las injusticias. Carencias, abusos y desigualdades que se incrementan a ojos vistas en una España cuyo Rey es el garante de las libertades y derechos constitucionales

Ante esto, cabe cuestionarse se efectivamente veremos asentado a un Felipe VI con una Letizia que no acaba de "encajar", o volveremos más antes que después a una República que, por desgracia, sería traída y dominada por la "izquierda".

¿Con este futuro incierto y la larga prolongación en el tiempo (unos diez a quince años) de la recuperación económica en España, con el asentamiento de más pobres y la realidad de un menor poder adquisitivo generalizado, alguien se está dando cuenta de que esto puede provocar un estallido en cualquier momento? ¿No pueden ser los indignados del 15-M una especie de ensayo general para lo que puede avecinarse?

Recordemos y extrapolemos a nuestra España actual lo que, sobre la revolución rusa, escribió Antonio Gramsci en noviembre de 1917: “La revolución de los bolcheviques se ha insertado definitivamente en la revolución general del pueblo ruso. Los maximalistas, que hasta hace dos meses fueron el fermento necesario para que los acontecimientos no se detuvieran, para que la marcha hacia el futuro no concluyera, dando lugar a una forma definitiva de aposentamiento -que habría sido un aposentamiento burgués- se han adueñado del poder, han establecido su dictadura y están elaborando las formas socialistas en las que la revolución tendrá finalmente que hacer un alto para continuar desarrollándose armónicamente, sin exceso de grandes choques, a partir de las grandes conquistas ya realizadas”.