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Diario YA


 

PP y PSOE homenajean a Carrillo

Laureles para un criminal de guerra

Francisco Torres García. El próximo día 20 de diciembre el Ayuntamiento de Gijón, con el apoyo unánime de populares y socialistas, acordará conceder a Santiago Carillo el título de hijo predilecto de la villa donde ya tiene una calle.

Que la izquierda rinda pleitesía al hombre que salió del PSOE para volver al PSOE, a un símbolo de la revolución y de la fe en el stalinismo, aunque después se sacara de la manga aquello del eurocomunismo, a nadie debería extrañar. Que la izquierda rinda homenaje a un apóstol de la violencia revolucionaria, a un defensor práctico que no sé si también teórico de la pérdida de derechos que tienen aquellos se sitúan frente a la revolución, tal y como vomitara Lenin durante la Revolución Rusa para acabar con los enemigos del pueblo, es de lo más común. Que la izquierda exalte a Carrillo, en los tiempos de la “falacia histórica”, como santón de su pasado rojo no es más que una muestra de coherencia y una clara metáfora de lo que en realidad es la aplicación de la mal llamada ley de la memoria histórica: un intento de ejecutar la venganza histórica. Que el Partido Popular lo apoye, aun cuando sea por el chalaneo de que también honren a uno de los suyos, a Rodrigo Rato, no deja de tener su aquél.

El hecho cierto es que el próximo veinte de diciembre, con el apoyo unánime de populares y socialistas, se decidirá honrar en Gijón a un criminal de guerra y no a ningún esforzado defensor de la libertad y la democracia, términos ambos que el homenajeado identificaba con la URSS, con la dictadura comunista, de los años veinte a los cincuenta. Santiago Carrillo, curiosamente, es hoy el único sujeto imputable por crímenes cometidos durante la guerra civil por lo sucedido con los presos de Madrid mientras él ostentaba el cargo de Consejero de Orden Público y autorizaba sacarlos en masa de las cárceles, siendo después asesinados.

Santiago Carrillo lleva años negando su participación y responsabilidad en los asesinatos masivos de presos en Madrid con el apoyo de todo el poder mediático de la izquierda y hasta tuvo la impertinencia de prologar y apadrinar un libro titulado “las fosas del franquismo” cuando las mayores fosas de la historia reciente de España están vinculadas a su nombre. Sin embargo, para pesar de Carrillo, los documentos dejan claro por qué se le puede aplicar el calificativo de criminal de guerra.  Dejemos constancia en la memoria histórica de tres textos clarificadores.

El primero: hace años Javier Reverte encontró en el archivo de la CNT el borrador del acta de la reunión del Comité Nacional de la CNT celebrado en Madrid el 8 de noviembre de 1936, en el que se da cuenta de la reunión que han sostenido con los responsables socialistas de Orden Público, el responsable era Santiago Carrillo. Allí está registrado el acuerdo para el exterminio de miles de personas:

“Vuelve a informar la Federación local, leyendo primeramente el comunicado dirigido por el Gobierno al General Miajas (sic), en el que se establece la constitución de la Junta de Defensa de Madrid, bajo su presidencia y con la colaboración de las organizaciones sindicales y políticas de izquierda. En este documento se prevé en caso de retirada, que debe ser hecho sobre Cuenca. Informa de la constitución de la Junta, y confirma lo anterior sobre el interés de las Embajadas sobre presos y refugiados políticos, citando el caso de que se quiso ayer asaltar la Embajada de Chile por saber los compañeros de manera positiva que allí hay refugiados fascistas en gran cantidad, intento que hubo que cortar.
A continuación se da cuenta de los acuerdos que han tendido con los socialistas que tiene la Consejería de Orden Público sobre lo que debe hacerse con los presos, habiendo tomado el acuerdo de dividirlos en tres grupos, a saber.
Primer grupo. Fascistas y elementos peligrosos. Ejecución inmediata, cubriendo la responsabilidad.
Segundo grupo. Detenidos sin peligrosidad, su evacuación inmediata al penal de Chinchilla. Con todas las seguridades.
Tercer grupo. Detenidos sin responsabilidad, su libertad inmediata con toda clase de garantías sirviéndonos de ello como instrumento para demostrar a las Embajadas nuestros humanitarismo”.

Así pues, en esas reuniones de principios de noviembre, socialistas y anarquistas acordaron en Medir la “ejecución inmediata” de personas, pero ocultando los hechos. Algo que se llevó a la práctica a renglón seguido en Paracuellos del Jarama.

Segundo: el 12 de noviembre de 1936, Santiago Carrillo pronuncia un discurso ante los micrófonos de Unión Radio que, afortunadamente, pese a que algunos han negado las palabras, es recogido en la prensa del día siguiente. En el alardea de haber acabado con la Quinta Columna, son los días en que se están produciendo las matanzas en Paracuellos del Jarama:

“Conviene afirmar que la única resistencia que tiene la Junta de Defensa es la resistencia que le ofrece el enemigo, la resistencia que le ofrecen los combatientes facciosos que están a nuestras puertas, porque la resistencia que pudiera ofrecerse desde el interior está garantizado que no se producirá, ¡que no se producirá! Porque todas las medias, absolutamente todas, están tomadas para que no pueda suceder en Madrid ningún conflicto ni ninguna alteración que pueda favorecer los planes que el enemigo tiene con respecto a nuestra ciudad. La “quinta columna” está camino de ser aplastada, y los restos que de ella quedan en los entresijos de la vida madrileña están siendo perseguidos y acorralados con respecto a la ley, con arreglo a todas las disposiciones de justicia precisas”.

Tercero: El delegado en España de la Komintern, Stoyán Minev “Stepanov”, realiza en 1939 un detallado informe, calificado como “absolutamente secreto”, remitido al Secretario General de la Internacional Comunista y al propio Stalin. En el mismo, subrayándolo como uno de los “principales momentos de actividad del Partido Comunista” durante el gobierno de Largo Caballero, en el que ya milita Santiago Carrillo, el Consejero de Orden Público, se señala la “limpieza” de la “Quinta Columna” en un par de días decidida por el Partido Comunista:

“Cuando el general fascista Mola dijo la verdad acerca de que, además de las 4 columnas del ejército que avanzaban sobre Madrid, había una 5ª columna, que se encontraba en el propio Madrid, la cual propinaría el golpe decisivo a la ciudad, el Partido Comunista comprendió inmediatamente la importancia de ella, sacó sus conclusiones y llevó a cabo en un par de días todas las operaciones necesarias para limpiar Madrid de quintacolumnistas. Esta operación de “limpieza” contribuyó a la salvación de Madrid no en menor medida que los combates a las puertas de la ciudad”.

Esa Quinta Columna eran los miles de presos que se hacinaban en las cárceles madrileñas: hombres, mujeres y niños que dejaron su vida en Paracuellos del Jarama.

Pero la biografía de Carrillo, en demasía mezclada con la sangre, tiene otros hechos luctuosos. Según se cuenta no tuvo empacho en dirigir asaltos a las embajadas en Madrid; según cuentan muchos antiguos camaradas dejaron la vida por culpa de Santiago Carrillo, especialmente cuando Stalin le dio orden de poner fin a la lucha guerrillera en España; según cuentan en la imparable ascensión de Santiago Carrillo hasta la dirección del PCE quedaron también muchos cadáveres providenciales.

A este sujeto, que bien merece el calificativo de criminal de guerra, se le exalta y se le recibe; se le nombra doctor honoris causa  e hijo predilecto. En este caso, para mayor escarnio, con los votos afirmativos del Partido Popular. Es lo lógico: mientras se cerca de una comunidad de monjes benedictinos y se pide volar la Cruz del Valle de los Caídos se exalta a quien no tiene problemas de conciencia por la sangre vertida en Paracuellos del Jarama.

Vea el documento comprometedor para Carrillo