LETONIA EN LA GRANDA
Fidel García Martínez. Dentro del análisis que se ha desarrollado en La Granda de los cruciales años 20 del pasado siglo XX, coordinado por el Profesor Emilio de Diego, la república báltica de Letonia ha tenido un protagonismo especial por la participación de la Sra. Doña Argita Daudze, embajadora de su nación en España.
La ilustre ponente, con humildad y energía, que no se excluyen sino que implementan, ofreció una visión muy interesante como luchadora y participe por libertad de su pueblo de la terrible dictadura comunista que la sometió a la miseria, el subdesarrollo y la opresión. Ofreció duros testimonios de la lucha por la libertad, que les fue arrebatada por el stalinismo por la fuerza, contra todo derecho. Con testimonio de poetas ilustres reprimidos llenos de esperanza y de fe religiosa, como el poema cuyo receptor era Dios con audio del Padre Nuestra hecho melodía. Narró con emoción entrecortada las luchas de los jóvenes universitarios reprimidos de la forma más violenta. Ofreció un testimonio de un sacerdote quien con la bandera roja a sus pies, derramó su propia sangre sobre ella, tiñéndola con el rojo de su propia sangre.
Ella, como joven universitaria, ante un pueblo humillad y silenciado, participó en los círculos universitarios de oposición, con la lectura de libros, y audiciones de radios clandestinas. Su deseo de libertad era tal que cuando moría un secretario del todopoderoso partido comunista ruso, pensaban que la libertad del su pueblo estaba más cerca, esto sucedió en tres ocasiones hasta la apertura de Gorvachov con la llamada glasnot.
Con sano orgullo presentaba a su pueblo como un luchador por la libertad, simbolizada en la grandiosa escultura que preside el centro de la capital, Riga. Citando el canto a la libertad de Cervantes en El Quijote alentó a luchar por la libertad el bien más importante de los hombres y mujeres, frágil en estos tiempos en que la dictadura de la globalización del NOM trata de imponer un pensamiento y por lo tanto un modelo contrario a la libertad.