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Diario YA


 

José Luis Orella: El ajedrez ucraniano

 

 

Ucrania se desliza hacia la división social. Finalmente ha quedado claro que el rechazo al acuerdo con la UE, en realidad escondía una nueva revolución. (El ajedrez ucraniano)

 

 

Llamativo Contraste

Miguel Rivilla San Martín.   Breve relato para lectores con fe viva en la presencia de Jesús eucaristía y con fina sensibilidad para apreciar el infinito amor de un Dios, prisionero en los sagrarios de todas las iglesias. 

Fue una sofocante y calurosa tarde de Agosto en Madrid. Cerca de las 7 de la tarde. Por curiosidad y por palpar el ambiente de las “rebajas de Ell Corte Inglés” entré en el centro de la calle Princesa. Grato y fresco aire acondicionado, mucha gente en los 5 pisos y un afán notorio por adquirir lo preciso para el veraneo. 
 
Allí había todo cuanto la gente de la actual sociedad consumista venía a comprar. Salían radiantes, pese a la crisis de que hablan de continuo los medios. Tras mi visita al templo del dios “dinero” y satisfacer mi ración de vista, pensé lo feliz que era por no necesitar nada de lo que allí me ofrecían. 
 
Crucé la calle a la acera de enfrente, para bajar por la sombra, hacia la Plaza España. Muy cerca, casi enfrente del centro comercial, me topé con la parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso. Estaba abierta, silenciosa, solitaria, en penumbra. Cerca de la puerta un pobre. Dentro a la izquierda, una luz encendida en el confesonario, y un sacerdote rezando el breviario. 
 
Me acerqué al sagrario donde había dos personas. Tras un breve momento de saludo, adoración y acción de gracias a Jesús, me quedé meditando en la soledad, el silencio y la ausencia de creyentes ante “El Amor de los amores”. ¡Qué contraste, que terrible contraste, entre el gentío del centro comercial, dando culto al dios dinero y el vacío, absentismo y soledad en la parroquia, a Jesús sacramentado¡. Una pregunta vino a mi mente que un día me hizo un mahometano y que no he olvidado: “Si los cristianos, creyeseis de veras que Dios está en vuestras iglesias, no lo dejaríais tan solo”. Sin comentarios.