Llegó el principio del fin de ZP
Jesús Asensi Vendrell. Algunos pensarán que estamos de enhorabuena, que por fin se ha abierto una puerta hacia la esperanza, hacia la verdadera libertad, hacia un cambio esencial del concepto de ser humano, de familia, de sociedad y de religión bien diferente del que tiene nuestro actual, que no futuro, Gobierno.
Sí, y por eso les vendrá a la cabeza todas las barbaridades que Zapatero y los suyos han consumado a lo largo de estos seis años con leyes despóticas alejadas del más mínimo sentido común: una ley de educación adoctrinadora, la aprobación del divorcio exprés, del "matrimonio" homosexual y la posibilidad de adopción, la ley de la memoria histórica, la liberalización del aborto y su transformación en un vil derecho, la futura ley de libertad religiosa que acabará con esa libertad que pretende defender... Pero no, nada de esto ha afectado lo más mínimo en la intención de voto del fiel electorado socialista, bien convencido de la necesidad de esas medidas para avanzar hacia el "progresismo" de izquierdas.
Entonces, está más que claro que las causas del declive de Zapatero serán la gravísima crisis económica, los cuatro millones de parados, el fracaso escolar, los chivatazos a ETA, el descontento de los militares, la mala gestión del secuestro del pesquero Alakrana, las filtraciones a la prensa de sumarios secretos, las ocurrencias de la alianza de civilizaciones y esa economía sostenible, la descarada complicidad de los sindicatos y artistas subvencionados... Pero tampoco, nada de esto afecta a la fidelidad de los progresistas a un Gobierno presidido por el talante de ZP.
Pues ya sólo nos queda pensar en el principal partido de la oposición, en su capacidad de ilusionar a la ciudadanía de derechas gracias a su unidad inquebrantable, a la falta de escándalos de corrupción o de ambición desmedida y al firme liderazgo, fuera de toda duda, del señor Rajoy, que por fin ha dado un manotazo encima de la mesa para que todos sus compañeros vayan a una como en Fuente Obejuna. Pero, aunque parezca mentira, también va a ser que no. Pues la clara, o más bien turbia, alternativa que nos ofrece el PP no va a ser la causa del rotundo fracaso socialista en las próximas elecciones generales.
Porque, por desgracia, en este país andamos sumidos en un hedonismo que no nos deja ver más allá de nuestras apetencias más primarias. Y una de esas apetencias es el balón y toda la farándula que rueda a su alrededor.
Por eso, la razón del fin de Zapatero será la subida de impuestos prevista para los extranjeros que ganen más de 600.000 Euros. O más bien, la consumación de la huelga prevista por la LFP si el Gobierno aprueba esta medida. Y es que... ¡con el balón se han topado!