Llenos de vida: un momento de verdadera alegría
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Pablo Velasco. 10 de marzo.
La editorial Anagrama está reeditando la práctica totalidad de la obra del escritor norteamericano John Fante, desparecido ya hace una veintena de años, pero al que podríamos calificar como autor de culto.
Llenos de vida presenta la historia de un escritor, que comparte nombre con el autor, que recién casado, con la emoción que ello comporta, y flamante casa estrenada, símbolo de la bonanza económica que atraviesa (es un buen renumerado guionista de Hollywood), se enfrenta al cambio que supone el embarazo de su esposa. Cambio que se recrudece con el pequeño detalle de que es el primero, y ya se sabe que los primerizos magnifican todo. Pero además es que su preciosa casa se cae a pedazos: está infestada de termitas.
La solución: llamar a su padre, un viejo albañil italoamericano. Todo este cúmulo de situaciones deviene en una interesante reflexión sobre la familia y la propia identidad.
Pero además, Fante da una vuelta de tuerca fundamental en la historia: su mujer, Joyce, que al principio del embarazo sólo leía aburridos manuales de consejos prenatales, cambia su lectura por Chesterton y Evelyn Waugh, y comienza un camino de conversión al catolicismo.
Este hecho es el verdadero corazón de la historia. En una lectura superficial puede parecer que se trata con cierta mordacidad y con pasajes caricaturescos. Digamos que esa es la marca de la casa. Claro que hay humor, algo que sucede durante toda la obra, que contiene pasajes desternillantes, pero no es un humor escarnecedor, sino tragicómico.
De hecho, tras el parto, el protagonista se dirige a la capilla del hospital y sale riendo: “pues era un momento de verdadera alegría”.
Es Llenos de vida una novela muy muy divertida, y muy realista.
Casi de lectura obligada.