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Los ayuntamientos ya han empezado la búsqueda de luces de navidad

Foto: pixabay

La costumbre de decorar árboles de Navidad con iluminación comienza en los hogares de clase alta en Alemana en el siglo XVIII. En un primer momento la iluminación se realizaba con velas.

El primer árbol de navidad eléctrico fue creado por Edward H Johnson inventor asociado de Tomas Edison, en las navidades de 1882, en su casa de la quinta avenida de Nueva York. El árbol contaba con 80 bombillas de color rojo, blanco y azul del tamaño de una nuez.

A principios del siglo XX comienza a verse gran cantidad de comercios con bombillas de colores en los escaparates, aunque para muchos era demasiado caro, con lo que durante mucho tiempo se siguieron utilizando velas.

La costumbre de adornar casas y comercios con luces de colores se populariza de sobremanera en los EE.UU. a finales de los años 60

Poco a poco el uso de guirnaldas luminosas se extendió más allá de su utilización en los árboles de Navidad, pasando a estar presente en entradas, patios y techos de viviendas y comercios. Cada vez más edificios e incluso rascacielos se decoran con mangueras y guirnaldas de luz creando auténticos espectáculos de iluminación.

La tecnología de las luces de Navidad ha ido evolucionando con el paso del tiempo, desde las primeras bombillas con portalámparas y luces incandescentes, hasta los modernos diodos emisores LED que consiguen una drástica disminución en los consumos eléctricos.

Las luces de Navidad reciben una gran variedad de nombres en función de la forma en que se distribuyen sus lámparas. A pesar que se suele utilizar el término general "guirnalda de luz" para denominar los elementos luminosos, existen formas más específicas de referirse a cada una de ellas en función de su tamaño, forma y distribución general de las fuentes de luz, que van desde guirnaldas de luz a cortinas de luz tipo estalactita o cortinas de luz tradicionales. Además también existen diseños específicos como luces de Navidad para centros de calles o de diseños específicos, para farolas, fachadas o felicitaciones y mensajes específicos.

Algunas corporaciones municipales como es el caso de Bilbao o Zaragoza han optado por adquirir la iluminación de navidad. Las arcas municipales se rigen en base a criterios de austeridad y la adquisición de los adornos navideños se debe a un criterio de ahorro económico.

En el caso de Zaragoza en el año 2015 se colocaron 4.860 bombillas de led de bajo consumo y en el 2016 solo se destinaron 60.000 euros para reponer las luces fundidas o estropeadas, una cantidad mínima si se compara con los cerca de 200.000 euros que costaría el alquiler de la iluminación. Hace pocos años la iluminación navideña se adjudicaba mediante concurso público, pero ahora ha quedado en desuso esa fórmula.

Empresas de confección y comercialización de iluminación navideña puede haber muchas, pero sólo algunas empresas de luces de navidad como Viada, con más de 125 años de experiencia en el sector de los eventos, han visto evolucionar este objeto de decoración. Así, el espíritu navideño de las luces de navidad se mantiene en las principales calles sin perder la tradición, pero adaptándose tanto a nivel tecnológico, con iluminación led que reduce el consumo y tiene una mayor vida útil, como en estilo y forma pasando cada vez a iluminación de navidad más neutral y evitando la simbología navideña.